El genial Jack Nicholson interpreta de forma maistral a un interno de un hospital psiquiátrico, en el que, gracias a sus actos (como llevarlos a pescar, en una de las mejores escenas del film) o sus comentarios sarcásticos y al mismo tiempo revolucionarios consigue que los demás internos vean la realidad desde otro punto de vista.
Así consigue hacer de la vida sumisa de estas personas, otra vida totalmente diferente, una en la que pueden elegir y decidir sus actos, consiguiendo así un poco más de felicidad.
Esta película puede ser un claro símil de la sociedad actual, en la que los internos(civiles) son moderados y obligados a pensar como quieren los psiquiátricos(gobernantes).Así todo se desenvuelve a la orden de lo que dictan los que tienen el poder, aunque siempre habrá algún inconformista que se revele(el protagonista) aunque lo tenga que pagar caro.
Pero como todo, tiene sus defectos y se detectan algunas incoherencias, como la noche que tenía planeado escaparse, y al final por motivos incomprensibles se que dentro, o la enorme facilidad con lo que se fugaron todos los internos en un autobús sin que nadie los persiguiera.
En fin, detalles que se pasan por alto gracias a un desarrollo impredecible, un final conmovedor, y por qué no decirlo, al majestuoso Jack Nicholson.