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Canadá Canadá · Montreal
Voto de hpbordon:
5
Drama Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
15 de enero de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era de esperar que “Invictus”, la adaptación de Clint Eastwood sobre los hechos que llevaron a Sudáfrica a ganar la copa del mundo de rugby y el papel mediático y social de Nelson Mandela en la causa, no iba a ser una obra mayor para uno de los directores más consagrados de la historia del cine, sino la plasmación en la gran pantalla de unos hechos heroicos e históricos por un director que asegura calidad y eficacia en todas sus películas. Y así ha sido.
Hay momentos en los que parece, sobre todo en las escenas entre los deportistas, que Eastwood podría haber conducido la película a su antojo en un estilo “Million Dollar Baby”, más penetrante y profundizando más en los personajes como personas y no como figuras, pues así es como se los contempla en este film. Pero no ha querido: lo que ha preferido mostrar el director norteamericano es un periodo muy concreto en la historia de un país convulso y la repercusión de unos hechos reales a nivel social y político. De ahí que la implicación del autor de esta cinta se reduce a una recreación de unos acontecimientos que sirvieron para comenzar a unir a un país enfrentado.
Además, encontramos a un Mandela genialmente representado por Morgan Freeman, pero del que poco más sabemos de su afición por el rugby y de su ansia por reunificar su mal pertrechado país, al que quiere otorgar una imagen de paz, misericordia y no revanchismo. Hay unos leves golpes de humor en torno a su calmada apariencia y en alguna que otra situación paradójica que refleja a la perfección tanto el mensaje de la película como la situación de aquel momento. No hay que olvidar que el cine de Eastwood, por mucho talento que derroche, siempre ha tenido su puntito de telefilm en la narración.
Y si algún pero en mayúsculas se le puede poner, es el abuso de la cámara lenta en los encuentros de rugby, que en lugar de resaltar la emoción, en mi opinión se la restan. Además de la música, un tanto desacertada, codirigida por un Eastwood.
Aún así, es una película que seguro encantará a la mayoría del público, porque se relatan unos acontecimientos documentales, pero en clave de ficción y de la mano de un gigante del cine. Por lo que también, servirán dentro de unos años aún más como testimonio ineludible de un suceso relevante para el devenir de la República de Sudáfrica y que puede llegar a ser extrapolable al resto del mundo.
hpbordon
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