Haz click aquí para copiar la URL
Cabo Verde Cabo Verde · Praia
Voto de AlvaroBravo:
4
Comedia Dos excelentes estudiantes y grandes amigas, en la víspera de su graduación de su instituto, de repente se dan cuenta de que podrían haberse esforzado algo menos en clase y haberse divertido más. Así que deciden hacer algo al respecto para compensar tanto estudio y tan poca diversión: recuperar los años perdidos en una noche loca. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2019
45 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título original de este película, 'Booksmart', es una expresión anglosajona para alguien que es muy listo y avanzado académicamente hablando pero que luego no tiene mucha idea de cómo funciona el mundo real. Y eso deberían haber sido las protagonistas, personajes que no saben comportarse fuera de clase, no personajes exagerados y estereotipados que parecen no formar parte del mundo real. El mayor problema de esta cinta son sus protagonistas, que es indudable que hay química entre las actrices, pero eso no puede salvar los papeles que les han dado.

Amy y Molly son dos chicas de instituto súper "wokes". Es decir, increíblemente abiertas de mente con los problemas e injusticias sociales de hoy en día. El problema con esto en la película es que Amy y Molly siempre parecen tocarlo por encima, repitiendo frases o términos básicos aprendidos sin profundizar mucho más. Y lo peor es que siempre acaba quedando pretencioso, casi como si lo dijeran para ser superiores (o incluso compitiendo con ellas mismas para ver quién es más progresista). No me entendáis mal, me gusta que hablen sobre las identidades de género y la exploración de la sexualidad femenina en una comedia de forma respetuosa, sin "slut-shaming" como parte final del mensaje de la película ni nada, pero el problema de querer que tus personajes hablen en tan poco tiempo de todo esto hace que estén pobremente construidos y que de la sensación de que digan todo eso por moda. Nuestras protagonistas, escritas por 3 mujeres, aquellas con las que debemos simpatizar, parecen una recolección de estereotipos exagerados sobre el feminismo blanco hechos por un par de tíos enganchados a contenido alt-right que utilizan el estúpido término de "feminazi" porque no follan. Hago otra aclaración, 3 personas para escribir el guión de un largo me parece excesivo, da igual que sean hombres o mujeres. Así lo único que haces es sacrificar la versión original de la historia, que podría dar un guión más centrado y pulido.

Se nos presenta a Molly, el personaje de Beanie Feldstein, como una persona manipuladora con su mejor y única amiga, y por momentos, gracias a la actuación de la actriz, desequilibrada mentalmente, lo cual dudo mucho que haya sido pensado así originalmente. Ya al principio queda claro que puede ser igual de hiriente y malintencionada con sus comentarios como los capullos del instituto que se meten con ella. Parece que la única forma que le dan al espectador de sentir que no es así y que de verdad es buena persona y distinta es haciéndola la coprotagonista. Amy, interpretada por Kaitlyn Dever, es la menos problemática de las dos, y la única que al final te todo puede decir que ha aprendido algo y que se gana el cariño del público.

El resto de personajes... A ver, repasemos: El chico guapo y popular pero tonto a más no poder; la loca bipolar que al final tiene más que contar de lo que parece; el pringado al que nadie hace caso y que sólo quiere ser aceptado (que también tiene más que contar de lo que parece); los padres que aceptan la homosexualidad de su hija pero que siguen pasando un rato incómodo al hablar de ello; y por la propia naturaleza de la película, y por cómo han diseñado la personalidad de las protagonistas, los personajes que más me han dolido han sido la pareja de amigos gays que hacen teatro, son afeminados, algo pérfidos y montan un show a la primera que pueden. Que vale, no todos los personajes gays de la película son estereotipados, pero darle a estos dos como único rasgo distintivo ser gays... Va en contra de lo que supone la película en primer lugar.

Si a Jonah Hill le acusaron de excederse con los montajes musicales en su debut, Mid90s, por poner dos seguidos al final del segundo acto, espero que hagan lo mismo con Booksmart. Aunque este también sea el debut de Olivia Wilde detrás de las cámaras, no creo que sea excusa para perdonarle el abuso de montajes musicales que ocurren. A lo mejor es para compensar una falta de lenguaje cinematográfico o imaginación a la hora de grabar, pero parece que a cada cambio de escenario que dan Amy y Molly tenemos un montaje con música rap. Eso sí, las letras de las canciones hablan de cosas completamente opuestas a la vida de ambas, como fiestas, ligues de una noche, ser millonario, alguien duro, etc., lo cual resulta un contraste divertido las primeras veces, luego cuando ves que sigue y sigue, la broma se pierde.

Pero no todo es malo. Aunque me queje de que todo salga bien para las dos, la evolución de Amy (Kaitlyn Dever) es la más justificada y satisfactoria, algo sacada de la manga, eso sí. El personaje de Jason Sudeikis es oro, y gracias a él tenemos la escena más divertida de la peli (seguida muy de cerca por una de Amy con sus padres). Aún así, un par de carcajadas no justifican el visionado.

Lo único que aprenden las dos, no ocurre hasta el final. O sea, todo lo que hemos visto hasta ese momento ha dado igual para llegar a esa conclusión, así que aunque hayas disfrutado el trayecto hasta ahí hace que parezca algo innecesario. Sumando eso a lo poco creíble que son la gran mayoría de personajes y a la pobre dirección de Olivia Wilde, nos queda un producto malo que va de algo más de lo que es y que personalmente, no sé cómo tanta gente ha picado.
AlvaroBravo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow