Vaya por delante que soy un enamorado de los 80 como época. Volvería ahora mismo a aquella etapa.

Y como fan de los 80, creo que lo que más hemos celebrado de Kung Fury es el intento y el corto como reivindicación de una vuelta a aquel tipo de cine.

El problema es que el corto en sí es una tontada incluso teniendo en cuenta que es una parodia. Por un lado, porque no te cuenta nada, ya que la trama está completamente supeditada a los tópicos que quieren ser usados y se vuelve completamente caótica y aburrida cuando los tópicos desaparecen o ya han sido mostrados anteriormente. Empieza bien y tiene su parte más divertida al principio, cuando se centra en las películas de acción y de ciudades playeras, pero se va volviendo más aburrida a medida que avanza. De los 80 han quedado muchos tópicos, pero intentar mostrarlos todos es lo que lo convierte en una parodia un tanto caótica.

Es loable lo que David Sandberg ha intentado con esta obra. Pero no olvidemos que Kung Fury nació como un trailer paródico y, frente al éxito, tuvo que convertirlo en corto, intentando hilar un argumento que uniese las escenas absurdas que había juntado en el trailer y que suponían en si mismas los chistes del mismo trailer, más o menos como le pasó a Tarantino con "Machete".

Y dos críticas más: Una, que algunos supuestos tópicos (Como por ejemplo, una historia de vikingos) no tienen nada de 80 (Al menos, no de los que yo viví, quizás en Suecia, de donde es la película, hubiesen en aquella época más películas de vikingos).

Por otro lado, la otra crítica va hacia los efectos especiales, precisamente por lo bien conseguidos que están. Estamos parodiando una película de los 80, pero muchas de las escenas no corresponden a las calidades de aquella época, la reina de los croma y de las maquetas. Hecho de menos un poco de autoparodía en ese sentido. Quizás es una virtud que para mi acaba siendo un defecto.

A pesar de todo, ésta no es una crítica para hundir el proyecto, sino al contrario. Soy un fan que agradece a David y el resto del equipo que hiciesen un proyecto como éste (Y sé que no soy el único), para recordar que deseamos con ganas un retorno a aquella época como algunos autores ya están intentando.

Pero a partir de aquí, creo que debemos ser un poco exigentes también con la obra como corto o película y no solamente como declaración de intenciones.