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Voto de Un Lugar de Cine:
7
Drama En julio de 1967, graves disturbios raciales sacudieron la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. Todo comenzó con una redada de la policía en un bar nocturno sin licencia, que acabó convirtiéndose en una de las revueltas civiles más violentas de los Estados Unidos. Los incidentes más graves ocurrieron en el motel Algiers, cuando miembros de la policía y la Guardia Nacional acudieron ante unos disparos de un arma de fogueo. (FILMAFFINITY) [+]
5 de octubre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica de UN LUGAR DE CINE

Kathryn Bigelow y Marko Boal, directora y guionista respectivamente de la Oscarizada "En Tierra Hostil" y de "La Noche más Oscura", vuelven a juntarse cinco años después de esta última, para abordar el tema racial que tan en boga está en los últimos meses en Estados Unidos, y lo hace bajo la perspectiva de mirar al pasado, para entender mejor el presente.

Las revueltas ocurridas en Detroit en 1967, donde hubo más de 2.000 heridos, son el cimiento sobre el que se aposentan todas las ideas que Boal quiere exponer, logrando además en la mayoría de ellas hacerlo con gran claridad.

Un conflicto que podrías explicar sencillamente en Blancos vs Negros, pero que detrás de esas dos palabras se encuentra una explicación mucho más profunda y sujeta a reflexiones culturales, sociales, políticas y económicas, que siguen vigentes a día de hoy.

Escudriñar gran parte de esas ideas en torno a una historia minimalista, entre cinco personajes y un motel como decorado es uno de los alardes que plantea Boal en el guión. Exponer con claridad los cimientos bajo los que se que formó la revuelta en Detroit es el la forma perfecta de iniciarnos en ese viaje en que los personajes van a perder buena parte de sus sueños y sus metas, una vez que la cámara de Barry Ackroyd ("En Tierra Hostil", "Capitán Philips", "La Gran Apuesta") entre en el Motel Algiers. Y por último, exponer con toda crudeza el juicio moral y penal con el que finalmente se dirimen esta clase de apuestas entre unos y otros, deja a las claras porque estos problemas a día de hoy se siguen sin resolver.

La firmeza con la que Bigelow afronta cada una de estas situaciones, es lo que hace que "Detroit" realmente merezca la pena como filme, más allá de el estudio ensayístico sobre el cual entender las luchas entre ambas comunidades.

Que la parte donde se guarda la esencia de la película, que es sin duda la historia del Motel duré al menos una hora y no se haga pesada, es sin duda gracias al músculo que Bigelow dota a las imágenes, acercándonos a una dirección mucho más física que teórica, como suele ser en ella. Bigelow no engaña a nadie, quien haya visto sus anteriores películas, descubrirá aquí el mismo estilo a la hora de expandir todas las ideas y planteamientos que Boal quiere hacer llegar al espectador.

Al igual que un "simple" interrogatorio a un yihadista en "La Noche más Oscura" ocupaba más de veinte minutos de película, aquí el macabro juego con el que la policía blanca quiere amedrentar a los huéspedes del motel, fácilmente se llevan cuarenta minutos de "Detroit", algo que a su directora no parece importarle en absoluto. Lo que ella busca en ambas secuencias no es la progresión narrativa excitante de "a ver que pasará en la siguiente página", sino la asfixia y la agonía del espectador que sufre por continuar en la misma. Porque a Bigelow le importa más acercar al espectador a lo que se está sintiendo en ambos lugares, que lo que realmente se está contando allí,- a pesar de que esto último da para largas charlas una vez termine la película -.

Quizás esa es la clave que hace de su cine algo tan diferente al resto; su tenacidad por hacerlo físico y visceral más que inteligente, choca con las ganas de su guionista de querer contar algo más allá de lo instintivo y lo primario de las emociones, y esa mezcla tan poderosa es la que permite a su cine sobre-volar en un mar de películas de suspense o acción, que cuentan mucho menos y lo dibujan con mucha menos intensidad.

Fuera de ellos dos, que son los que marcan absolutamente la película, nos encontramos a un nutrido grupo de actores, en una película claramente coral, que se muestran seguros a la hora mostrar las intenciones y la moralidad de cada uno de los personajes. No llegan a las cotas de Jessica Chastain, posiblemente la actriz que más y mejor ha entendido el cine de Bigelow,- y que quizás mereció algo más en la temporada de premios de "La Noche más Oscura" -, pero desde luego resultan realmente creíbles en sus actuaciones.

De todas formas, el cine de esta gran directora nunca se ha basado en la pertinente oratoria de sus personajes, sino en la credibilidad de mostrar intensamente sus emociones al espectador.- y esto suele ser algo mucho menos valorado.

Su cine es un viaje contrario a lo que suele realizar últimamente, no es la película la que intenta acercarse al espectador, sino el espectador el que debe sentirse atraído a entrar en la película. De igual forma que cada uno de los temas que toca en sus películas se deben acercan a su estilo y no al revés. Su libreto, deportivamente hablando, es invariable, por eso es tan difícil que Bigelow haga algo que llegue realmente al gran público, pero precisamente por eso difícilmente "su público" podrá sentirse decepcionado. Su nueva película es una nueva muestra de ello. Es Bigelow en Detroit, ni más ni menos. Siempre Bigelow.

www.unlugardecine.com
Un Lugar de Cine
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