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Voto de Miquel:
9
7,8
40.950
Romance. Drama
Hong Kong, 1962. Chow, redactor jefe de un diario local, se muda con su mujer a un edificio habitado principalmente por residentes de Shanghai. Allí conoce a Li-zhen, una joven que acaba de instalarse en el mismo edificio con su esposo. Ella es secretaria de una empresa de exportación y su marido está continuamente de viaje de negocios. Como la mujer de Chow también está casi siempre fuera de casa, Li-zhen y Chow pasan cada vez más ... [+]
6 de marzo de 2010
86 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Séptimo largometraje del realizador chino Wong Kar-wai (Shanghai, 1958). El guión, no escrito, es original del propio realizador. Se rueda en escenarios reales de Thailandia, China (Macao) y Camboya (templo budista de Angkor) y en estudio. Obtiene el premio al mejor actor (Leung) en el Festival de Cannes, el César a la mejor película y otros premios. Producido por Wong Kar-wai para Block2 Pictures, Jet Tone Production y Paradis Films, se proyecta por primera vez en público el 20-V-2000 (Fest. Cannes).
La acción dramática tiene lugar en Hong-Kong, Singapur y Camboya, en 1962, 1963 y 1966. Chu Mo-wan (Leung), redactor-jefe de un diario local de Hong-Kong, alquila un estudio-vivienda de una habitación en un bloque de vecinos de Shanghai deteriorado por el paso del tiempo y el uso. El mismo día alquila el estudio-vivienda contiguo Su Li-zhen (Cheung), secretaria de una compañía naviera. Ambos están casados, pero por razones de trabajo (viajes, horarios incompatibles...) sus parejas están ausentes con frecuencia. Chu y Su, convertidos en vecinos, se saludan y entablan conversación casi cada día. Ella es atractiva, guapa, melancólica, algo enigmática y muy elegante. Le gusta dedicar tiempo, dinero y atención a su cuidado personal. Viste con distinción, discreción y buen gusto, y destila un potente erotismo. Es rigurosa y eficaz en el trabajo y en la organización de su vida personal. Él, de mirada penetrante y triste, viste de modo impecable, le gusta cambiar de traje y corbata con frecuencia. Se evade escribiendo relatos de artes marciales y se siente fuertemente atraído por ella. Los dos están solos y necesitados de amor, comprensión, atenciones y compañía.
El film suma drama y romance. Desarrolla una historia de amistad, amor, desencuentros y recuerdos, llena de melancolía, emociones contenidas, sentimientos profundos, sensualidad y sinceridad. La narración, sencilla y estilizada, se presenta despojada de elementos superfluos. Tienen gran importancia los pequeños gestos, el roce silencioso de las manos, las miradas furtivas, los silencios prolongados, un suspiro, un leve jadeo, una inhalación profunda de aire, el rictus de una mejilla. El espectador es invitado a observar a la pareja a través de una cámara indiscreta que espía la intimidad de los personajes y los secretos de su corazón, tratando de descubrir lo que sucede en el mundo interior de ambos. A tal efecto presta atención a sus miradas fugaces, gestos perdidos, reacciones de descuido, distracciones momentáneas. De ahí que la cámara se sitúe en lugares tan singulares e infrecuentes, como debajo de una cama o una mesa, tras unos visillos, al otro lado de una balaustrada de barrotes, junto a unos cristales empañados o dentro de una densa nube del humo de un cigarrillo.
La acción dramática tiene lugar en Hong-Kong, Singapur y Camboya, en 1962, 1963 y 1966. Chu Mo-wan (Leung), redactor-jefe de un diario local de Hong-Kong, alquila un estudio-vivienda de una habitación en un bloque de vecinos de Shanghai deteriorado por el paso del tiempo y el uso. El mismo día alquila el estudio-vivienda contiguo Su Li-zhen (Cheung), secretaria de una compañía naviera. Ambos están casados, pero por razones de trabajo (viajes, horarios incompatibles...) sus parejas están ausentes con frecuencia. Chu y Su, convertidos en vecinos, se saludan y entablan conversación casi cada día. Ella es atractiva, guapa, melancólica, algo enigmática y muy elegante. Le gusta dedicar tiempo, dinero y atención a su cuidado personal. Viste con distinción, discreción y buen gusto, y destila un potente erotismo. Es rigurosa y eficaz en el trabajo y en la organización de su vida personal. Él, de mirada penetrante y triste, viste de modo impecable, le gusta cambiar de traje y corbata con frecuencia. Se evade escribiendo relatos de artes marciales y se siente fuertemente atraído por ella. Los dos están solos y necesitados de amor, comprensión, atenciones y compañía.
El film suma drama y romance. Desarrolla una historia de amistad, amor, desencuentros y recuerdos, llena de melancolía, emociones contenidas, sentimientos profundos, sensualidad y sinceridad. La narración, sencilla y estilizada, se presenta despojada de elementos superfluos. Tienen gran importancia los pequeños gestos, el roce silencioso de las manos, las miradas furtivas, los silencios prolongados, un suspiro, un leve jadeo, una inhalación profunda de aire, el rictus de una mejilla. El espectador es invitado a observar a la pareja a través de una cámara indiscreta que espía la intimidad de los personajes y los secretos de su corazón, tratando de descubrir lo que sucede en el mundo interior de ambos. A tal efecto presta atención a sus miradas fugaces, gestos perdidos, reacciones de descuido, distracciones momentáneas. De ahí que la cámara se sitúe en lugares tan singulares e infrecuentes, como debajo de una cama o una mesa, tras unos visillos, al otro lado de una balaustrada de barrotes, junto a unos cristales empañados o dentro de una densa nube del humo de un cigarrillo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El espectador ve a los personajes y a los objetos que les rodean con dificultad, fragmentaciones, cortes, obstáculos visuales intermedios, etc. La manera de ver que ofrece la cámara evoca la difuminación del recuerdo, las lagunas de la memoria, el olvido gradual de las cosas del pasado. El relato parece reproducir en 2000 recuerdos de juventud, de acontecimientos sucedidos 40 años antes, de fuertes sentimientos desvanecidos. El ritmo parsimonioso, las imágenes a cámara lenta y los fotogramas congelados, sugieren los mecanismos propios de la memoria puesta a recordar un pasado lejano, perdido parcialmente en el olvido a causa de la flaqueza de la memoria y el paso del tiempo, ese valor preciado que avanza de modo imparable e inexorable, como recuerdan los numerosos relojes que se asoman a la pantalla.
Wong juega con el tiempo, funde en secuencias únicas cortes de escenas diferentes, privadas de referencias temporales. Los cambios de vestido de Su delatan la variedad de tiempos y circunstancias. La repetición de escenas iguales o muy similares corrobora lo dicho. Por ello, cabe decir que el film es deudor de Goddard y de Alain Resnais, de quien cita hacia el final “El año pasado en Marienbad” (1961). Así mismo es deudor de “Breve encuentro” (1945), de David Lean, cuya historia evoca con devoción y admiración.
Focaliza la atención en la exploración del mundo interior de los protagonistas: sentimientos, querencias, principios, deseos, afanes, temores, etc. Nos dice que este mundo es estrecho, íntimo y frágil, como lo son los habitáculos de sus viviendas, de sus lugares de trabajo, de las calles que recorren, siempre cerradas entre fachadas próximas e imponentes.
Los temas principales de la película son el amor, la recuperación de la memoria, el paso del tiempo, la fidelidad conyugal, la renuncia, el desamor, el desencanto, la soledad, la amistad, el carácter efímero de las cosas humanas, la futilidad del esfuerzo y del empeño, la belleza admirable del mundo, el envejecimiento, la muerte, etc.
La banda sonora, de Michael Galasso (“Chungking Express”, 1994), ofrece una partitura prominente y de gran lirismo, de 20 cortes. Entre éstos sobresalen “Angkor Wat Theme Finale”, “Cassanova’s Flaute”, “Li-zhen’s Dialogue” y otros. Como música adaptada añade varios temas románticos de moda en los años 60, a cargo de Nat King Cole, como “Aquellos ojos verdes”, “Quizás, quizás, quizás” y “Te quiero, dijiste”. Añade un tema envolvente y emotivo, el “Yumeji’s Theme”, de Shigeru Umebayashi. La fotografía, de Christopher Doyle (“Hero”, Zhang Yimou, 2002), traspira perfeccionismo, sencillez, elegancia y belleza.
Bibliografía
- Adolfo BELLIDO LÓPEZ, “Deseando amar”, encadenados.org.
- Joshua KLEIN, “Deseando amar”, ‘1.001 películas que hay...’, pág. 905, Grijalbo ed., Barcelona 2006 (6ª edición).
Wong juega con el tiempo, funde en secuencias únicas cortes de escenas diferentes, privadas de referencias temporales. Los cambios de vestido de Su delatan la variedad de tiempos y circunstancias. La repetición de escenas iguales o muy similares corrobora lo dicho. Por ello, cabe decir que el film es deudor de Goddard y de Alain Resnais, de quien cita hacia el final “El año pasado en Marienbad” (1961). Así mismo es deudor de “Breve encuentro” (1945), de David Lean, cuya historia evoca con devoción y admiración.
Focaliza la atención en la exploración del mundo interior de los protagonistas: sentimientos, querencias, principios, deseos, afanes, temores, etc. Nos dice que este mundo es estrecho, íntimo y frágil, como lo son los habitáculos de sus viviendas, de sus lugares de trabajo, de las calles que recorren, siempre cerradas entre fachadas próximas e imponentes.
Los temas principales de la película son el amor, la recuperación de la memoria, el paso del tiempo, la fidelidad conyugal, la renuncia, el desamor, el desencanto, la soledad, la amistad, el carácter efímero de las cosas humanas, la futilidad del esfuerzo y del empeño, la belleza admirable del mundo, el envejecimiento, la muerte, etc.
La banda sonora, de Michael Galasso (“Chungking Express”, 1994), ofrece una partitura prominente y de gran lirismo, de 20 cortes. Entre éstos sobresalen “Angkor Wat Theme Finale”, “Cassanova’s Flaute”, “Li-zhen’s Dialogue” y otros. Como música adaptada añade varios temas románticos de moda en los años 60, a cargo de Nat King Cole, como “Aquellos ojos verdes”, “Quizás, quizás, quizás” y “Te quiero, dijiste”. Añade un tema envolvente y emotivo, el “Yumeji’s Theme”, de Shigeru Umebayashi. La fotografía, de Christopher Doyle (“Hero”, Zhang Yimou, 2002), traspira perfeccionismo, sencillez, elegancia y belleza.
Bibliografía
- Adolfo BELLIDO LÓPEZ, “Deseando amar”, encadenados.org.
- Joshua KLEIN, “Deseando amar”, ‘1.001 películas que hay...’, pág. 905, Grijalbo ed., Barcelona 2006 (6ª edición).