No hay mucho que decir sobre la animación. Sencillamente maravillosa, como cabía esperar. En cuanto a la historia, estamos ante un drama con protagonistas infantiles no exento de misterio que se pasa volando porque atrapa desde el primer fotograma.

Manteniendo su habitual estilo, Ghibli nos vuelve a deleitar con otro título donde se ensalza por encima de todo la amistad y el amor, pero donde además la fantasía tiene también su pequeño rincón. Tras la sencillez de la historia se esconde una película mágica, muy emotiva y repleta de detalles. Tras la retirada de Hayao Miyazaki y actualmente a la espera de cambios en el Studio, Hiromasa Yonebayashi (Arriety) deja el pabellón muy alto.

Otro elemento a destacar es su banda sonora. Hermosa.

- Lo mejor: es Ghibli en estado puro.
- Lo peor: que haya pasado prácticamente dos años desde su estreno hasta su llegada a los cines de España, mientras auténticos bodrios y ladrillos nos invaden cada semana.