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España España · santiago de compostela
Voto de berenice:
9
Drama Eddie Felson (Newman) es un joven arrogante y amoral que frecuenta con éxito las salas de billar. Decidido a ser proclamado el mejor, busca al Gordo de Minnesota (Gleason), un legendario campeón de billar. Cuando, por fin, consigue enfrentarse con él, su falta de seguridad le hace fracasar. El amor de una solitaria mujer (Laurie) podría ayudarlo a abandonar esa clase de vida, pero Eddie no descansará hasta vencer al campeón sin ... [+]
10 de febrero de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy difícil y da mucha pereza escribir sobre algo que casi todos hemos visto varias veces, añadir algo nuevo a lo que tantos ya han destacado magníficamente. Ayer, no sé por qué, necesité volverla a ver, reencontrarme con esta vieja amiga, tras visionar tres o cuatro chorradas modernas impostadas publicitadas a bombo y platillo.

En una pieza como "El buscavidas", de desesperada perfección, cada cual encontrará lo suyo: derrotas, sueños que no fueron, decadencia, esperanza, autodestrucción, podredumbre... No es un simple catálogo de adjetivos: son todos los rayos de un Sol que abrasará con ellos al espectador atento . Parece increíble que una película ambientada en una sucia calle y en tugurios cutres de billar pueda contener tanta sabiduría y tanta carga de profundidad sobre tantos aspectos de eso que, básicamente, es lo único que nos puede llegar a interesar de verdad: el ser humano.

Sin embargo, si me tengo que quedar con la verdadera tormenta solar de esta película, me quedo con la rabiosa, ansiosa y desesperada necesidad de amor de una Piper Laurie asombrosa, increible, genial, que da sentido con ello a tantas sucias subtramas, evitando que esta película se convierta en un canto a la negrura. Es la necesidad de Amor de todos, al fin y al cabo y tarde o temprano, al menos de todos los que aún no son muertos en vida. Ay, Sarah: jamás se vio en una pantalla, como aquí, a un náufrago ya sin fuerzas pero asiendo con tal desesperación un flotador. Eso se consigue, sí, con guión, con fotografía, con inteligencia....pero, sobre todo, con una actriz en absoluto estado de gracia.
Del resto del reparto, nada que añadir al milagro de Paul Newman. Nada que añadir al milagro de Jackie Gleason, inmenso, shakesperiano, con tantas lecturas como visionados haga uno de la película. Por poner un pero, está un poco más pétreo George C. Scott, la más hollywoodiana de las interpretaciones del film, aun así magnífico.
Cine que avanza con la verdad por delante en su montaje, en sus planos, en la contención o desatamiento, en la creación y psicología de las personas... un antídoto perfecto si se acaba de salir, como es mi caso, de la estupidez grandilocuente de "Los miserables" de Hooper.
berenice
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