Interesante propuesta visual de Linklater, como ya hiciera en Waking Life. Aprovecha la animación rotostópica para mostrar un futuro distópico y cercano en el que se reflexiona sobre la identidad del ser humano en manos de las drogas, a través de una misión policial en el que un infiltrado sucumbe a la adicción, manipulado por el propio sistema. Alienado por el entorno psicodélico de la corrompida sociedad, el protagonista deambulará en una doble existencia que repercutirá en marginación vital y social, víctima de un sistema aniquilador y decadente.

La animación ayuda a plasmar diversas imágenes alucinógenas que, de otro modo, quedarían exageradas y en la narración se pronuncian diálogos que esconden filosóficos conceptos acerca de la sociedad, el sistema y el individuo, con la droga como punto de inflexión. En el reparto coloreado se aprecian las facciones de Keanu Reeves, Robert Downey Jr., Wynona Ryder y Woody Harrelson como rostros principales. Es una experiencia fílmica que va más allá de los efectos de animación, conlleva autorreflexión y no es apta para paladares cinéfilos convencionales. Un 7/10.