No es sólo el mejor actor español (orgullo de gallega), sino uno de los mejores actores del mundo.
¿como haces que una película tan dura, tan cruel, tan devastadora, tan desagradable, tan repugnante, tan llena de dolor, tan asquerosa, tan insoportable, tan trágica, tan amarga, tan dañina...se convierta en una obra de arte? pues pones a unos actores increíbles como Laia Marull y Luis Tósar, y cuentas una historia que por desgracia cada vez es más común como son los malos tratos, sin frivolizar, intentando que todo sea lo más real posible, poniéndote en la piel de Pilar, en esa piel en la que jamás deseas estar, sintiendo su miedo, su dolor, su amor irremediable por ese hombre, su deseo de creer que él puede cambiar pero su convencimiento de que nunca llegará a hacerlo, te solidarizas con su tragedia, con su amargura al empezar una nueva vida con su hijo, una vida sin él pero que siempre será mejor que la que tiene, te angustias cuando tiene que huir de su marido y aún más cuándo éste la encuentra, y respiras profundo cuándo al fin decide ser valiente, levantar la cabeza y alejarse hasta que aparecen los títulos de crédito. Pero no acaba ahí, esta película hace también que te sitúes en el otro lado (gracias al perfecto Tósar), que llegues a entrar en la mente de Antonio, el maltratador, que en cierto momento entiendas que está enfermo y por eso lo hace, que en el mismo instante de pensarlo ya lo repudias, que en algún segundo llegues a creer que quizás pueda cambiar aunque en el fondo tú también sabes que no lo hará, que intentas entender porqué lo hace si está enamorado, o más bien obsesionado, que acabas entendiendo que los que aman de verdad no hacen eso. La película nos enseña también esa historia de amor, que aunque no lo sea, de verdad que lo parece, nos muestra un Antonio enamorado y deseando cambiar, frente al otro acabado, dañino, incapaz de demostrar amor de una manera que no sea a golpes, nos muestra a una Pilar ilusionada e intentando volver a ser feliz, a la vez que nos enseña que no hay manera de que esa felicidad vuelva, que el miedo lo destruye todo y que si algún día quieres mirarte en un espejo debes correr y no mirar atrás. Es una película necesaria, de verdad que si, en la que intuyes los golpes, pero no hace falta ni mostrarlos, la sensibilidad te la hiere con palabras, esas que en este caso no se las lleva el viento, esas palabras que en esta película te acaban explotando en la cara. Ojalá no hubiese nunca ninguna Pilar en la vida, y ojalá que esta película nunca hubiese existido, aún a riesgo de perdernos la mejor interpretación de Luis Tósar, ojalá todos los Antonios tengan lo que se merecen, ojalá sean ellos los que tengan que agachar la cabeza...