Ansías la libertad Papi. Da igual cuanto te quede de condena. La espera es interminable y no estás dispuesto a malgastar un minuto más de tú vida en pagar por un delito que cometieron otros. Los que te mandaron a la Guayana lo lamentarán. Antes o después lo lamentarán.

Ansías la igualdad, Papi. Volver a ser tratado como un ser humano. Deseas hacer justicia, que no paguen los más débiles los delitos de los poderosos. Regresar con Lali y Zoraima a aquél poblado guajiro de donde nunca debiste haber partido.

Ansías la fraternidad, Papi. Esa en lo que siempre confiaste en París hasta que te traicionaron. Quien te iba a decir a ti que tú fe en la amistad la recuperarías en Cayena. Con Maturette. Con Clousiot. Con Degás. La hermandad se acentúa en los peores momentos.
Deseas que el jurado que te condenó se meta por el culo el lema de tu querida Francia.

Tus ansias serán satisfechas, querido Papi. Antes o después el viento irá a favor.

Sólo sigue intentándolo.