Flojita y regular película la que nos traía Rob Minkoff en el 2011. Pasó sin pena ni gloria por nuestros cines y parece ser que por los de USA tampoco les fue muy bien que digamos. Es curioso que uno de los directores del clásico de Disney, "El rey león", le haya metido el diente a un material tan alejado de esto como es esta película, la cual juega entre la comedia y el cine de intriga con un doble atraco perpetrado el mismo día y a la misma hora en el mismo banco por dos bandas de ladrones muy distintas entre ellos, una la profesional y la otra compuesta por dos amigos a cual más raro. El televisivo Patrick Dempsey participa en la producción de esta película y se nota que el actor ha aprovechado este pequeño detalle para regalarse un papel completamente distinto al que le adjudican en cada película que ha hecho anteriormente. Aquí, el atractivo Dempsey deja de ser el galán del film para convertirse en un neurótico cliente del banco en un personaje muy similar al Sherlcok Holmes compuesto por Robert Downey Jr. En una especide de "Diez Negritos", Dempsey intentará averiguar qué se esconde tras estos dos supuestos atracos. El actor es lo mejor del film, dando por sentado que puede dar para mucho más de lo que hasta ahora había demostrado. Se acompaña aquí de la bella y envejecida Ashely Judd, totalmente desaprovechada e insípida en esta película. Su carrera prometía muchísimo hace una década y se ha quedado en agua de borrajas. Junto a ellos una serie de secundarios que cumplen con sus papeles como son Tim Blake Nelson, Pruit Taylor Vince o Mekhi Phifer. Fallida película que sólo puede ser buena opción si no se tiene absolutamente nada más que hacer.