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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
8
Aventuras En el siglo XIX, el capitán inglés Horatio Hornblower atraviesa el Atlántico con su barco para ayudar a un enloquecido dictador centroamericano. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gregory Peck representa aquí muy bien a un hombre valiente, tranquilo, muy pasota con el tema militar que predominaba entonces en el Imperio Británico —y sigue—, que cumple con su deber pero sin obsesiones, viendo pasar los días sin mucho entusiasmo, ajeno por completo a los avatares del país. Él está más a las cosas mundanas que preocupan de verdad: el amor, los hijos, el trabajo, etc. Este capitán está lejos del espíritu de la Armada Británica, de la victoria, de los detalles de si la cubierta está limpia, de si las velas están bien colocadas, si los marineros están afeitados... Esas cosas que el capitán Bligh de la Bounty, por ejemplo, tenía tanto en cuenta.

El hidalgo de los mares, tampoco nos confundamos, como persona responsable conoce mejor que nadie su profesión. No consiente que nadie se ría de su Rey, ni de su país, porque al fin y al cabo es su país y si las cosas están así, tampoco es cuestión de ser un renegado. No le gustan nada los que reniegan, los que andan siempre a la contra, protestando de todo, egoístas y supremacistas pero sin dejar de chupar del bote. Está claramente representado en la película, si os dais cuenta. El capitán tiene que hablar con unos renegados españoles y estos renegados españoles son más feos que el copón, con una pinta de garrulos que no pueden con ella, por eso mismo, porque son unos renegados y todo renegado está claro que se convierte en un tío feo sin remedio que le van a dar por culo; pero aún así, el capitán habla con ellos con corrección… ¡Eeejem-ejem-eeeJEM! Luego vienen los españoles normales y ya son gente apuesta, educados, con el pelo rizado, etc…

Pero, a lo que me refiero, es que el capitán, hidalgo como nadie, no es el típico obsesionado con las reglas y todo eso. Si un marinero ha cometido una falta pues hay que ser un poco indulgente… Se lo echa en cara bien claro a su lugarteniente: “Joder, ahora hay que dar de latigazos a este marinero que es un buen marino y un buen hombre y quieres castigarlo porque te ha ofendido… Cuando tampoco tenía tanta importancia la contestación que te ha dado”. Yo he visto claramente que se ha callado lo de: “La próxima vez tenlo en cuenta, so gilipollas”.

Exacto. Si una persona ha cometido un desliz, hay que hacer la vista gorda, coño, que están todo el día currando. Además, el capitán tiene muy presente a todos los marineros, los conoce por su nombre, y ellos valoran detalles así. Eso dice mucho de un capitán, que conozca a su gente por nombre y apellidos, significa el aprecio que los tiene. Agradece personalmente sus esfuerzos, su trabajo. Por eso es el Hidalgo de los mares y por eso tanto los marineros como sus oficiales le respetan al máximo. Sería genial en la vida tener jefes, vecinos, compañeros y amigos así.

Pues aunque parece fácil, es muy difícil encontrar personas como este capitán porque la gente, en realidad, no es que vayan a lo suyo, si no que además quieren joder a todos los que puedan como sea, piensan que así ellos se beneficiarán de alguna manera. Y esto pasa en la película y está bien relatado. Hay que ser hidalgo, en el mar y en tierra, plantar cara a los vientos si vienen enfurecidos; esta película lo demuestra y ya por la intención y por la historia tan sencilla que sirve de ejemplo, tiene su mérito y es digna de verla.
floïd blue
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