Tom Gries, que tiene en su palmarés El más valiente entre entre mil, una excelente película, se enfrenta aquí a dirigir escenas con tiros, cañonazos, ametralladoras, trenes y demás acción revolucionara y, modestamente, opino que sale relativamente airoso. También tiene la ineludible labor de aprovechar a Raquel Welch en su máximo esplendor. Diremos que en esos años fue un acontecimiento sonado el ver a un negro, Jim Brown, revolcándose con una mujer blanca, así es, y hablamos de la realidad. El escenario son las luchas internas revolucionarias por el poder en Méjico con el peculiar intrusismo extranjero, y el caso es si se logra alcanzar un romanticismo épico al estilo de Grupo Salvaje pero diremos que se queda en el término medio de la nota.

Nuestro querido amigo Burt Reynolds cede el protagonismo pero cumple como es norma en él, a su aire, igual que un elenco de conocidos actores secundarios. Ahí está por ejemplo Fernando Lamas muy bien caracterizado con un personaje a propósito, y el resto pues igual, cumplen como yo escribiendo esto. Gracias.