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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Un piloto americano, que vive completamente entregado a la vida militar, sufre un accidente doméstico y se rompe la columna vertebral. Paralizado en una silla de ruedas, comienza una nueva vida como escritor e incluso es contratado como guionista en Hollywood. Tras el bombardeo de Pearl Harbour por los japoneses, es enviado al Pacífico como supervisor de un nuevo y revolucionario prototipo de portaaviones. Su extraordinaria fuerza de ... [+]
22 de agosto de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La amistad, el deber, la familia, la superación personal frente a la adversidad, son muchos de los factores fundamentales que se cruzan en esta película biográfica en la que se aprecian lecturas que en el momento de su estreno era difícil descubrir. La facilidad con que pasamos de la comedia al drama, del humor al dolor, delatan situaciones cotidianas, sencillas pero decisivas y poéticas a la vez, así eran las películas de John Ford. Un estúpido accidente casero divide en dos partes bien diferenciadas a “Escrito bajo el sol”, la primera es en tono de comedia con gags de cine mudo y aventuras, la segunda es más dramática y emocionante, el film con el que John Ford se adentró en la vida de Frank “Spig” Wead (John Wayne), un amigo de quien había adaptado un libro en “Hombres sin miedo” (Air Mail, 1932) y que había escrito el guión de “They Were Expendable”, 1945.

La película recoge en gran parte el periodo de entreguerras, con un John Wayne pletórico, realizando un soberbio trabajo, jamás estuvo tan frágil y humano. Frank Wead acababa de regresar a casa tras una larga ausencia, oyó llorar a sus niñas en la oscuridad y cayó fortuitamente por las escaleras quedando paralítico. Hasta entonces Frank había sido un hombre hiperactivo, completamente dedicado a cultivar un amor por el vuelo que le había levado a desatender a su esposa e hijas, así como a excederse en el alcohol y las peleas; a partir de ese día Frank se dedicó a superar su estado de postración, ilusionado por volver al ejercito, mucho más tras conocer el ataque de los japoneses a Pearl Harbor.

Narrada con vigor y pulso firme, pero llena de detalles humanos, es pues el retrato de un amigo con el que Ford se sentía identificado en sus aspectos más vitalistas, en cuanto hombre de acción dotado de gran voluntad y poco dado a lo que llamamos vida familiar, y finalmente también hombre de cine. Frank responde a la llamada de Hollywood para escribir un guión de guerra, el cineasta que le atiende, John Dooge, encarna al propio Ford y lo interpreta uno de sus mejores amigos Ward Bond, presentándose con un sombrero de ala ancha, fumando en pipa y unas gafas negras en el propio despacho de Ford.

Pero como siempre se suele decir: detrás de un gran hombre, siempre está una gran mujer, y aquí Maureen O´Hara, como esposa está atractiva, una pelirroja indómita, rebelde con carácter, una mujer moderna que no se amilana ante una copa y un pitillo pero que defiende su hogar y familia como una fiera celosa de su camada. Un film sobre la marina y el ejército, seguramente la tacharán de panfletaria y patriotera los de siempre, miopes que no entienden el cine de Ford, pero no es cierto, es en definitiva, una historia de humanismo y emoción, la de un hombre que nunca dejó de soñar ni tampoco dejó de ser un inquieto niño pese a la edad.
Antonio Morales
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