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Voto de Antonio Morales:
8
Fantástico. Aventuras. Drama Segunda parte de Los Nibelungos. Adaptación de una serie de leyendas germanas sobre los nibelungos, seres que habitan entre la niebla. Viuda tras la muerte de Sigfrido, Krimilda se casa con el bárbaro rey de los hunos con el propósito de ejecutar su plan de venganza. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El cantar de los Nibelungos” es un poema profundamente trágico basado en el tema del destino y la transformación de la dicha en dolor. El poema contiene elementos de las mitologías escandinava y germánica y relata la historia temprana de Burgundia. Aunque los sucesos y personajes están inspirados en remotos acontecimientos históricos, el poema los adapta al mundo cortesano y los sitúa en escenarios geográficos conocidos. Fue una de las epopeyas medievales germánicas más populares hasta el siglo XVI.

Durante siglos la ópera, la poesía, el teatro y la novela echaron mano de esta historia para reflejar en diferentes claves los rasgos más definitorios del espíritu alemán, las raíces míticas de un nacionalismo exacerbado que se ofrecía como una “Ilíada del Norte”, la mítica condición maciza del mundo del nibelungo (que significa hijo de la niebla), de un mundo impenetrable a la sabiduría o a la verdad cristiana.

Tanto “La muerte de Sigfrido” como “La venganza de Krimilda”, perteneciente al díptico “Los Nibelungos”, suponen un excelente síntoma de la convulsión que muy pronto iba a sufrir Alemania. Es evidente que actuaron como catalizador de los sentimientos más desaforadamente nacionalistas del “völkish” – cuyos orígenes se remontan al romanticismo alemán, cuando el filósofo Johan Gottlieb Fichte (1762-1814), escribió sus “Discursos a la Nación alemana”, publicados durante las guerras napoleónicas -, sentimientos de los que Adolf Hitler y sus acólitos se adueñaron para sus propios fines ideológicos, convirtiéndolos en las piedras angulares del universo nazi. Quede claro que con esto no quiero decir que estas dos grandiosas obras sean nazis, en absoluto. Más allá de su extraordinario poder de seducción visual, de su épica, de su vibración dramática, Lang no pretendía competir con el poderoso despilfarro del cine histórico americano, sino crear algo destacadamente nacional, que pudiera tener validez como auténtico testimonio del espíritu alemán.

La ópera de Richard Wagner “El anillo de los Nibelungos” se basa en los mismos relatos míticos sobre el Pueblo Germano. La obra, con música y libreto original del propio Wagner (1813-1883), está compuesta por cuatro obras, un prólogo y tres jornadas tituladas “El oro del Rin”, “La Walkiria”, “Sigfrido” y “El ocaso de los dioses”. Esta grandiosa obra que Wagner pretendía que fuera como el paradigma del arte total, es conocida como “La Tetralogía” fue estrenada el 29 de Septiembre de 1876 en el primer festival de Bayreuth.
Antonio Morales
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