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Voto de Antonio Morales:
7
Western Kansas, 1866. Un forastero (Errol Flynn) intenta imponer el orden y la justicia en Dodge City, una próspera ciudad a la que llega el ferrocarril, pero que está dominada por un cacique y su banda de pistoleros. En su empeño cuenta con el apoyo de la sobrina del médico local (Olivia de Havilland). (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros minutos del film es un curso acelerado de la historia del Oeste, gracias a la habilidad del prolífico cineasta Michael Curtiz. Estamos en Kansas en el año 1886. La guerra civil ha finalizado y un grupo de prominentes hombres de negocios, entre los que destaca el coronel Dodge, viajan en tren hacia la ciudad que éste ha construido a partir de dos pocilgas y un corral de búfalos. Es una ciudad en crecimiento y aún lo será más con la llegada del ferrocarril. “La cafetera sobre ruedas” lo llama uno de los protagonistas, mientras entabla una carrera con la diligencia tirada de caballos paralela a los raíles. Es una batalla desigual entre lo viejo y lo nuevo. La diligencia queda atrás y el tren enfila triunfante el camino hacia la ciudad, una imagen cinematográfica sencilla que encierra una revolución histórica.

Wade es un aventurero, amigo de sus amigos, prototipo del “westener” que es incapaz de echar raíces, de origen irlandés, ha estado, se nos dice, en el ejército inglés en la India, condujo ganado en Texas, se alistó en el ejército durante la guerra y cazó búfalos para el ferrocarril. En Wade Hatton coinciden rasgos de personajes reales como Búfalo Bill, que se hizo célebre como cazador de búfalos y Wyatt Earp que pacificó la ciudad de Dodge City.

El primer western interpretado por Errol Flynn que además de ser la historia del ferrocarril, es también, la crónica de la violenta expansión urbana en el Oeste. Tras abastecer de carne a los trabajadores en la construcción del “Caballo de hierro” que llega hasta Dodge City, Wade Hatton (Flynn) y sus inseparables Rusty y Tex parten hacia nuevas tierras. Seis años después con Dodge convertida en un violento núcleo urbano, una Babilonia en la frontera americana dominado por Jeff Surret, un villano despiadado que elimina a quien se interponga en sus negocios. Hatton regresa para vender unas cabezas de ganado y acaba convirtiéndose en el sheriff de la ciudad. Curtiz realiza un western ameno y eficaz en un estupendo Technicolor para la Warner y para el lucimiento de sus dos grandes estrellas, Errol Flyn y Olivia de Havilland, una pareja de leyenda que dio jugosos dividendos en los diversos registros que protagonizaron, cine histórico y de aventuras.
Antonio Morales
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