No sé por qué los guionistas de Hollywood (y de todas partes) nos presentan con tanta frecuencia biopics de personas insignificantes o recreaciones de anécdotas triviales; pues la Historia del s. XX les ofrece miles de historias apasionantes.

Una de ellas es la de la rivalidad a muerte entre Lev Davídovich y Jósif Vissariónovich. De hecho ya la abordó (El asesinato de Trotski, 1971) Joseph Losey, que era un famoso director pero también un buen comunista y, quizás por ello, no logró filmar una buena película sobre el tema (o eso dicen las críticas, que yo no la he visto).

Ahora nuestro Chavarrías se centra en lo realmente interesante de la historia: en Caridad y en Ramon. Y consigue una película digna, con interpretaciones ajustadas, que capta la atención del espectador. Para ser perfecta le falta, a mi modesto juicio, algo de chispa; quizás algo más de calidez en las interpretaciones, quizás algo menos de esquematismo en el guión.

En cualquier caso, muy recomendable para todos los públicos.