Creo que la nieve pocas veces me ha parecido tan espectacularmente bella. La otra ocasión en que me lo pareció fue cuando vi nevar por primera vez en mi vida, a muchos kilómetros de mi casa. En mi hogar lleva sesenta años sin caer ni un copo. Se podría decir, en el argot de "Juego de tronos" (hoy por hoy mi serie favorita), que yo soy una "hija del verano". Por lo tanto, la nieve me es un fenómeno ajeno. Visualmente muy bonita, pero no cambiaría mi templado-cálido clima mediterráneo por ella.
Con este cuento animado, inspirado en "La reina de las nieves" de Christian Andersen, disfrutaréis de un invierno precioso y divertido, aunque ya sabemos que la perfección geométrica de los cristales de hielo esconde su amenaza de muerte. Somos de sangre caliente y no estamos hechos para el frío extremo. Excepto la princesa Elsa, que ha nacido con un extraño don, el de congelar con sus manos.
Pronto el don se revela como una maldición cuando sin querer daña a su hermana Anna. Desde entonces Elsa vivirá en el aislamiento total para evitar más desgracias y ambas hermanas crecerán separadas, sin que Anna recuerde nada de lo sucedido y por lo tanto no comprende por qué Elsa se ha apartado.
Lo especial nos hace diferentes y lo diferente nos aísla. Elsa se hace mayor como tantos adolescentes solitarios y asustados que no encuentran su lugar en el mundo. Paralelamente, Anna es una chica vital e inocente que tampoco ha salido del castillo y desconoce los peligros del exterior.
Ambas tendrán que pasar por un proceso de aprendizaje y madurez, como cualquier otra persona corriente, para ubicarse en el orden de las cosas y llegar a un mejor autoconocimiento y a la aceptación, tanto propia como mutua, con los descubrimientos que se hacen a esas edades: la amistad, el enamoramiento, el ansia de aventura y de probarse a sí mismo, las decepciones...
Los niños pequeños y grandes se reirán con el travieso reno, con el muñeco de nieve y con los muchos gags simpáticos de una princesa bastante patosa y bruta y de un transportador de hielo igual de bruto.
Es un lindo cuento de amor fraternal con algunas de las imágenes más sobresalientes de la historia de la animación. Nunca habréis vivido en la pantalla un invierno más hermoso.
Así da gusto que el invierno dure todo lo que quiera.