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Voto de Vivoleyendo:
10
Serie de TV. Thriller. Drama Serie de TV (2010-2024). 14 temporadas. Drama generacional, escrito por dos de los guionistas de "Los Soprano", sobre una familia de policías de Nueva York. Frank (Tom Selleck) es jefe de policía y patriarca de la familia Reagan. Dirige el departamento con la misma diplomacia con la que gobierna a su familia. Sus hijos mayores son Danny (Donnie Wahlberg), experto detective, hombre de familia y veterano de guerra dispuesto a usar métodos ... [+]
22 de septiembre de 2018
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie no es nada sutil a la hora de resaltar valores que se pierden a pasos agigantados, como lo demuestran, entre muchas otras escenas, esas reuniones de los domingos alrededor de la mesa de la casa patriarcal donde la familia al completo, en lugar de limitarse a engullir con el ruido de fondo de la tele mientras los chavales mueven el dedo a velocidad de vértigo sobre sus smartphones y los mayores discuten sobre el sempiterno fútbol, en cambio se miran a las caras y hablan de sus respectivas semanas y plantean sus preocupaciones, dudas, frustraciones y pequeños logros. Charlan sobre el sentido de la vida, bromean, se pinchan un poco sin verdadera acritud, se desafían intelectualmente y emocionalmente y se animan mutuamente a buscar las soluciones que más se ajusten a sus códigos de ética, a su sentido del deber como agentes del orden y la justicia, pero sobre todo, a sus corazones. A ser honestos consigo mismos y con los demás y tratar de hacer lo correcto. Esas cenas de los domingos son uno de los rasgos más hermosos de esta serie, y lo bueno es que no es lo único que hace bella a “Blue Bloods”. Precisamente a mí me gusta mucho porque me hace sentirme bien. Porque me llega. Me emociona, me divierte, me hace apretar los puños de tensión, me hace reflexionar.
Que esta familia no sea disfuncional ni sus miembros se odien entre sí ni se lleven a matar no significa que sea perfecta y que no tenga problemas ni que todo sea de color de rosa. Aquí cada cual ha pasado y pasa lo suyo, sobre todo a raíz de la prematura muerte de dos de ellos y de un divorcio. Lo que pasa es que los Reagan hacen el esfuerzo de llegar unos a otros, de tenderse una mano, un hombro o un oído y tratar de no irse a la cama cabreados entre ellos (o al menos no por mucho tiempo). Puede que parezca un concepto alienígena lo de que una familia hable de verdad, tal como está la sociedad. Pero a mí personalmente me encanta verlo, al igual que veo ciencia ficción y películas de fantasía porque conectan con mi parte soñadora. Y yo no quiero dejar de soñar aunque sea un poco.
Decía que las cenas de los domingos no son lo único que hace bella a “Blue Bloods”. Hay muchísimo más:
Los dilemas y retos a los que Frank se enfrenta como comisionado de la policía de Nueva York, siendo responsable de 35.000 agentes. Sus interacciones con el personal con el que trabaja en su despacho son divertidas e irónicas con un punto de desafío mutuo donde los distintos puntos de vista se exponen con más o menos acaloramiento pero siempre bajo el marco del respeto.
Los casos de Danny, el inspector temperamental de malas pulgas y de corazón tan grande como una casa pero que sabe repartir estopa cuando hay que repartirla. Su compañera María Báez atempera su genio y por eso ambos se complementan tan bien y ella hasta lo soporta y todo. E incluso le tiene cariño. Danny está casado con Linda, una enfermera, y tienen dos hijos en edad escolar, Jack y Sean.
El patrullero Jamie que se pasa el día en las calles atendiendo a llamadas de emergencia con su compañero o compañera. Desde que Eddie, la joven recién salida de la academia, entra en escena, la trama entre ambos se convierte en uno de los puntos más fuertes de la serie, para mí al menos. Su relación se come la pantalla y nos mantiene en vilo desde el minuto uno con esa tensión romántica no satisfecha. Es entrañable verlos a lo largo de los capítulos como si fueran un matrimonio maduro que discute, bromea, se enfada y se reconcilia, se protegen el uno al otro, toleran o se resignan a sus respectivas manías y hasta comparten la comida. Forman un equipo cada vez más compenetrado tanto en el trabajo como en lo personal, con lo cual será inevitable que surja el dilema de sus sentimientos prohibidos.
La ayudante del fiscal Erin, divorciada, y su hija adolescente, Nicky. Mientras sus hermanos Danny y Jamie cazan a delincuentes y criminales, ella construye las acusaciones con las que la ley ha de sancionarlos. A menudo surgen conflictos de intereses que la enfrentan a sus hermanos, y que darán para más de un tema de discusión en las reuniones de los domingos.
El comisionado jubilado, Henry, que todavía tiene mucho que decir y aporta la lucidez de los años y la experiencia. Es bonito ver que su voz se respeta como se merece.
Por su parte, los más jóvenes, Nicky, Jack y Sean crecen en esta familia en la que el sentido del honor, el deber y la lealtad familiar son los pilares. Ahí tienen el ejemplo en sus mayores, que por un lado es fuente de orgullo pero también supone un importante nivel de presión. Deben de preguntarse si conseguirán estar a la altura, si lograrán tomar sus decisiones sobre sus vidas buscando el equilibrio entre el peso de la tradición familiar y sus aspiraciones personales.
Y pase lo que pase, al final de la semana se hace balance alrededor de la mesa.
Al final es así como se contribuye no poco a que el mundo avance, con esas charlas de sobremesa donde la gente se para a hablar de verdad y a reforzar los vínculos del cariño.
Vivoleyendo
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