Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
7
Intriga Un reportero fotográfico (Stewart) se ve obligado a permanecer en reposo con una pierna escayolada. A pesar de la compañía de su novia (Kelly) y de su enfermera (Ritter), procura escapar al tedio observando desde la ventana de su apartamento con unos prismáticos lo que ocurre en las viviendas de enfrente. Debido a una serie de extrañas circunstancias empieza a sospechar de un vecino cuya mujer ha desaparecido. (FILMAFFINITY)
7 de diciembre de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos, en mayor o menor grado, tenemos ese instinto de voyeurs, esa secreta manía de espiar vidas ajenas. Y no hace falta echar mano de unos prismáticos o de una cámara con objetivo para largas distancias. Ahí tenemos la tele, la mayor ventana para mirones del planeta. Reality shows, Gran Hermano, programas de corazoneo... Diseñados para satisfacer nuestras ocultas inclinaciones de meternos donde no nos llaman, aunque los sujetos sepan que están siendo observados. El morbo es muy fuerte... Y los medios de comunicación lo explotan con gran eficacia.
¿Por qué tenemos esa curiosidad, un poco malsana, hacia lo que hacen los demás? ¿Por qué tendemos a creer que las vidas de los otros son más emocionantes que las nuestras? ¿Por qué a veces es tan irresistible convertirse en pasivos contemplativos?
Hitchcock saca a la superficie con mordacidad ese instinto que incita a curiosear. Tal vez es una vía de escape a la rutina. Puede que ayude a canalizar las frustraciones que acumulamos, sobre todo al creer que lo nuestro tiene menos interés que lo ajeno. A lo mejor es un reflejo de la monotonía y del aburrimiento, de nuestra tendencia a valorar poco lo que hacemos y lo que tenemos, que nos lleva a convencernos de que las acciones de los vecinos son mejores, o más satisfactorias...
Hitchcock rodó un thriller sencillo y oscuro al mismo tiempo, irónico y dotado de un brillante sentido del humor no exento de toques de comedia negra. Un apartamento, un hombre que tiene que permanecer inactivo temporalmente, y un patio de vecinos. Dudas de solterón empedernido, miedo al compromiso, no saber valorar bastante lo que se tiene, aburrimiento, rutina, y la atracción de observar retazos de escenas en vivo y en directo, a través de las ventanas de enfrente, tan llamativas o más que las imágenes de la televisión, las cuales no dejan de ser ficticias aunque hayan sido grabadas de la realidad. Nada tan irresistible como tener delante en carne y hueso a los sujetos del espionaje. Ese matrimonio mal avenido, ese otro mejor avenido con su perrito, los recién casados, la mujer madura y solitaria, el músico algo deprimido, la escultora bohemia, la chica guapa y ligona... Un barrio corriente, que sin embargo a nuestros ojos puede cobrar las dimensiones de mundos casi de novela.
Y, después de todo, esos vecinos seguro que también sienten de cuando en cuando el gusanillo de ser entrometidos, y también nos atisbarían (y podemos apostar a que nos atisban) a nosotros a escondidas, creyendo que nuestros actos son más interesantes sólo porque no los realizan ellos.
Si es que somos cotillas por naturaleza. Y Hitchcock plasma este defecto (¿que podría ser virtud en alguna ocasión?) con agudeza y levantando algunas escamas a la superficie de la búsqueda a menudo infructuosa de la satisfacción y la conformidad personal y existencial.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow