Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
7
Drama. Romance Al final de sus vacaciones en Kenia, Carola (Nina Hoss) conoce al guerrero Massai, Lemalian (Jacky Ido), que le llama la atención por su gran atractivo. Fascinada, Carola se enamora de él e impulsivamente cancela el viaje de vuelta; Su novio (Janek Rieke) regresa solo a casa y ella permanece en Kenia para ir tras la huella de Lemalian. Después de un agotador viaje a través del paisaje africano, llegará a Barsaloi, el pueblo de la tribu ... [+]
18 de julio de 2010
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La masai blanca” es una de esas historias que alguien cuenta en primera persona, porque la vivió en sus carnes. Corinne Hofmann, natural de Suiza (Carola Lehmann en la película) se fue de viaje turístico a Kenia con su novio, y sintió un flechazo instantáneo hacia un guerrero masai con el que se cruzó. El flechazo fue mutuo. Corinne estaba tan segura de haberse enamorado de aquel joven, que se decidió. Iba a quedarse. Su novio, despechado, volvió solo.
Corinne se reunió con Lketinga (Lemalian se llama su personaje en el cine) y se fue a vivir a su poblado, casándose con él después de dejar todos sus asuntos resueltos en Suiza. Enormes dificultades y muros se alzaban ante ella. Escollos y abismos culturales, causantes de una progresiva y cada vez más corrosiva falta de entendimiento entre los cónyuges. A pesar de los esfuerzos de ambos por superar sus diferencias, se trataba de una tarea que sobrepasaba sus capacidades o sus fuerzas. Aún así, el resto de amor lastimado que lograba saltar por encima de los obstáculos seguía tenazmente arrojándoles los cabos de su cuerda, cada vez más fina. Cada vez más a punto de romperse…
Corinne aguantó lo indecible, se integró en una tribu, tuvo que convivir con ciertas costumbres y tradiciones de las que ella estaba exenta y disculpada por ser extranjera y blanca, pero que sus entrañas no podían dejar de rechazar visceralmente, como la práctica de la ablación a las chicas masai. Su dieta se redujo a poco más que carne de cabra. Contrajo malaria, hepatitis y anemia. También padeció las consecuencias de ser una mujer independiente y voluntariosa en una cultura en la que las hembras tienen un papel pasivo y subordinado.
No todo era malo. Tuvo muchas pequeñas alegrías. Al principio, fue muy feliz. Y nació su hija, Napirai (Sarai en la ficción).
¿Conseguiría el vínculo que los había unido de una forma tan inusual y fulminante, vencerlo todo y encontrar un resquicio, un respiradero con el que poder reoxigenarse y purificarse de vibraciones negativas?
Corinne saltó del trampolín, se lió la manta a la cabeza, abandonó su entorno cómodo y se zambulló en una cultura radicalmente distinta y todavía muy primitiva. Fue valiente, o temeraria. Furor uterino o no, cualquiera no tiene el valor de hacer lo que ella hizo. ¿Estaba loca de atar? Seguro que sí. El amor es lo que tiene. Al menos ella cometió su locura de amor, le saliera bien o mal. Me apuesto a que se habría arrepentido terriblemente si no lo hubiera hecho.
Tenía que hacerlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow