Un interesante y curioso comienzo del género zombie, y aunque en esta cinta no se brinde de fondo una explicación concreta del fenómeno de los muertos vivientes, al menos se ofrece una propuesta singular cargada de maldad, de temática sobrenatural, de amor obsesivo, de pasión que va más allá de muerte.

El filme está muy bien conseguido desde los escenarios, desde la sugerente ambientación, desde la decoración de sets de filmación.

La atmósfera es lúgubre y siniestra, donde tanto los paisajes isleños como algunos interiores de una mansión constituyen un ingrediente más para que la cinta sea inquietante y tenebrosa desde lo visual.

También la presentación personal desde las apariencias de los actores es otro aspecto a resaltar. No cabe duda de que hay sobreactuaciones y que existen muchas situaciones donde inclusive son irrisoriamente aparatosas las interpretaciones, pero también hay que reconocer que el elenco -sobre todo Lugosi- tiene un carisma especial para cintas de terror.
Eso sí, uno termina riéndose de ver a Lugosi interpretar a un personaje tan parecido desde el aspecto exterior a Drácula. Bien difícil es creerse que aquí da vida a un individuo que domina con la mente a muertos vivos.

En fin, una excéntrica cinta de zombies, que sienta precedentes, y que aunque sea naif y tosca desde su narración y desde sus actuaciones, al menos es una hipnótica y extraviada opción que no aburre y que está muy bien arreglada desde el aspecto visual.

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