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Voto de pablo garcia del pino:
10
Drama Adaptación de un drama de Tennessee Williams. Un pastor protestante (Burton), expulsado de su iglesia, trabaja en México como guía turístico, dirigiendo excursiones formadas sobre todo por americanas maduras. En una de ellas es víctima de los intentos de seducción de una sensual jovencita, lo que le granjea la animadversión de las demás mujeres. Finalmente, el grupo llega a un hotel regentado por una vieja amiga suya (Ava Gardner). (FILMAFFINITY) [+]
19 de noviembre de 2007
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Huston, elige "La noche de la iguana" (una de las mejores obras de Tenessee Williams). Y al tiempo que nos dicta su "público mesianismo" con tan majestuoso film, se provee del placer del privado. En cuanto al mundo físico del film haré hincapié en que es una religión a punta de lanza, una reflexión más que un sentimiento, un culto solemne, reglamentado y matemático al universo moral en movimiento de cierta clase muy especial de seres humanos. Es muy difícil domar a la fiera que todos llevamos dentro, porque, afortunadamente, existen los desequilibrios de la sangre.
De la mala vida de sus personajes habría mucho que hablar. Y así uno se pasma ante ese maduro "angry man" que es Richard Burton (y que ya fue el "young angry" por excelencia), y todas sus imperfecciones contagiosas. Es mucho mejor el orden de su universo hecho de carne y hueso, que las absurdas crisis religiosas de esa alma inexistente. Que las facultades interpretativas de Burton alcanzan en esta película su más alta cota, ¡ahí queda para regocijo de todos! Es gigantesco, parece un sietemesino enloquecido que estremece y enamora a todas las señoras y señoritas (menos a la lésbica "teacher") que inflaman esa desaforada noche de Mr. Tenessee. Y cuando Ava Gardner aparece con su poncho mejicano, por primera vez, entre el follaje exótico y ardiente del caribeño Méjico, aprendemos de repente lo que pueden significar los símbolos. Es aquel "osito de miel" de "Mogambo", más madura, pero una divinidad en toda la extensión de la palabra. Y que, tras haber enterrado al orejazas del Gable, haya alcanzado un nuevo orden de majestuosidad hollywoodense (yo creo que nos grita a todos en la cara que era ella mucha mujer para tanto medio hombre como la rondara en sus tiempos juveniles) Y en su nueva supremacía domiciliaria de Puerto Vallarta el único que tiene cabida ahora es Mr. Burton, y los dos "morenitos zumbones" que le bailan (y alegran) sus noches playeras. Deborah Kerr, nunca desairada, y siempre exquisita, semeja también haber enviudado del Grant de "Tu y yo", y presentándose por allí con su abuelo poeta (que parece de otro planeta), y con su optimismo, su hermosura y su grandeza, se sobrepone a todo suceso por muy aciago que éste sea. Fue tanto su talento, que parece que nunca tuvimos bastante (¡cuánto merecido premio pasó de largo ante esta selecta actriz!).
Y para guinda final, como un homenaje al gran Stanley Kubrick, la juvenil y meteórica Sue Lyon (que ya malogró los deseos de James Mason) repite su "Lolita", y pone de nuevo en peligro el imperioso estupro que llenara de recelos punzantes a la hipócrita comunidad de feligreses que el morrocotudo reverendo Lawrence Shannon-Burton puso a parir al principio del film. La lésbica profesora (magnífica Grayson Hall) tampoco se lo perdonaría nunca. ¡Pues, al infierno con tanto carca! ¡¡Aviso!!: ¡tan sólo se puede saborear en inglés! En otro idioma, por muy bien doblada que esté, no deja de ser una aberración.
pablo garcia del pino
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