Ópera prima del director Manolo Munguia, que sigue un poco la estela de Black Mirror, hablando sobre los problemas que traerá en un futuro las nuevas tecnologías. La cinta contó con muy poco presupuesto, pero eso no ha sido un problema ya que ha ganado varios premios, incluyendo el de mejor película y mejor guion en la Semana de Cine Fantástico de la Costa del Sol.

Sólo he encontrado dos fallos grandes, que son, por un lado los actores, que están sobreactuados la mayor parte del tiempo y esos diálogos tan poco cuidados y con muchas patadas al diccionario. Primero, no estamos, aunque lo parezca, ante una obra de teatro; por lo tanto hay que ser mucho más sutil en la actuación; y algo imprescindible es que si la película es pura conversación tiene que ser buena y correcta (no puedes meter un «han habido» y quedarte tan pichi).

Por lo demás engancha poco a poco y al final te quedas viéndola sin aburrirte. Además te deja un regustillo a paranoia todo el tema de internet, de la wifi, de toda la información que maneja Google y eso de que te vayas a conectar en un hotel o en cualquier sitio público y alguien que sepa de informática consiga tus datos (es decir, todo lo que haces con el móvil, desde las conversaciones de Whassap hasta la tarjeta de crédito); la información es poder y hay que pensar muy bien en todos los datos que dejamos por la web. Es una idea, que aunque no es nueva, no deja de ser perturbadora si lo piensas en frío. La pregunta que se hacen es si las nuevas tecnologías nos ayudarán en el futuro o si acabarán con la humanidad. Eso sí, no estáis ante una cinta de terror ni de acción. Merece la pena verla, pero es todo diálogo.

Enhorabuena a este nuevo director y a los actores, aunque se puede mejorar bastante el trabajo de ambos.