Los clásicos, en ocasiones, cuando por causas del destino se introducen en una carrera utópica hacia la catástrofe, se convierten en mitos del cine. 'Rebelde sin causa' se estrenó en octubre de 1955, días después de la trágica muerte de su protagonista. Por éste, y por otros motivos menos recurrentes, ocupa un lugar privilegiado en la mitología cinematográfica. No por sus interpretaciones, ni por su argumentación, ni por nada que pueda sustraerse de los fotogramas de la cinta, destacable como otras tantas; el largometraje de Nicholas Ray permanece inalterable por su capacidad de transmitir la soledad, la rebeldía y la incomprensión de los jóvenes y, sobre todo, por el halo de grandeza que rodea a todas y cada una de las escenas en las que aparece el memorable James (Byron) Dean.