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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
6
Romance. Comedia. Drama Andrew Shepherd (Michael Douglas), el Presidente de los Estados Unidos, acaba de enviudar. Sin embargo, inicia un inesperado romance con Sydney Wade (Annette Benning), miembro de una importante organización ecologista. En plena campaña electoral, su rival, el republicano Bob Rumson (Richard Dreyfuss), aprovechará esa relación para desacreditarlo. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frank Capra es omnipresente en esta película, que pertenece a ese tipo que no llegan a ser de las que te marcan, pero arrasan cuando la colocan un domingo por la tarde, debido a que es agradable, simple y no se complica en exceso la vida en lo que quiere contar. No es extraño que al principio de la cinta se mencione al mítico hacedor de "Caballero sin espada", desde luego, es la clase de obra que al maestro le hubiera gustado hincar el diente.

Un reparto muy correcto -nada menos que un gran actor como John Mahoney para un rol muy secundario- hace que veamos el ala más dulce de la Casa Blanca, un Michael Douglas que encarna a un muy buen tipo que realmente quiere hacer las cosas bien, como hizo Mr. Smith cuando viajó a Washington. Por supuesto, nada de grandes coorporaciones ni intereses económicos, este buen hombre se gana a pulso el puesto que tiene. Una utopía digna de Tomás Moro, pero el talentoso actor mantiene el tipo y por momentos, hasta lo creemos.

Annette Bening encarna por su lado al interés amoroso del protagonista, para redondear el círculo, el presidente es viudo (no iba a estar casado) y ella una activa ecologista. Un cuento de hadas, pero Disney también tiene su espacio en el séptimo arte y, realmente, dentro del marco de las comedias románticas, hay cosas muchísimo peores y más vulgares que esta oda bienintencionada que dirge Rob Reiner, sabiendo medir muy bien el tempo, la historia tampoco daba para tres horas, precisamente.

"El presidente y Miss Wade" es un producto confeccionado para que uno salga más relajado del cine, para ver con la pareja o la familia. Porque hay muchos tipos de cine, y éste, aunque sea autocomplaciente, también vale. Eso sí, no se me quita la espinita de que Capra le hubiera dado ese toque no sé muy bien explicarles pero hacía que sus comedias, por recatadas que fueran, se elevasen en su calidad hasta cotas insospechadas.
El Libanés
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