Manierismo (segunda acepción): Gusto por la acentuación de determinadas características artísticas hasta que resultan afectadas.

Hacía tiempo que no veía alguna película de Spike Lee, y la verdad es que aunque en esta cinta ha cambiado su habitual activismo por el costumbrismo, el realizador parece no darse cuanta de que otro tipo de historia quizás requiera otro tipo de estilo, y aquí mantiene esa estética muchas veces al borde el histerismo.

Un retrato de familia en una época determibada y pretendidamente fiel a su contexto, que se ve en constante sobresalto, con caprichos estéticos innecesarios, y cuyo permanente afán por la exageración, hace que más que una historia sea un revoltijo cuyo argumento se ve mermado por una falta de empatía con unos personajes permanentemente enloquecidos.

Reconozco algumas situaciones familiares que en determinados momentos son pura realidad, y creo que está bien ese cambio de registro costumbrista de una familia normal o incluso acomodada ante una filmografía plagada de denuncia o propaganda. Pero llevar a buen puerto esta cambio argumental, implica un cambio de estilo que aquí no se produce y que yo creo que requiere una narración mas reposada y delicada, y no tanto brochazo ni cambios de situación provinientes de la nada.