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Voto de Quimérico Cinéfilo:
5
Thriller. Drama Tras pasar algunos años en Buenos Aires, Agustín (Viggo Mortensen) vive desesperado y obsesionado con la idea de abandonar para siempre su frustrante vida en esa ciudad. Después de la muerte de Pedro, su hermano gemelo, Agustín se dispone a empezar una nueva vida asumiendo la identidad de su hermano y retornando a la misteriosa región del Delta del Tigre, donde transcurrió la infancia de ambos. Sin embargo, poco tiempo después de su ... [+]
2 de octubre de 2012
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut de Ana Piterbarg, directora y guionista del film, parte de una premisa interesante:

Agustín está desesperado por abandonar su vida en Buenos Aires. Tras la muerte de su hermano gemelo, Pedro, Agustín se propone comenzar una nueva vida tomando la identidad de su hermano y regresando a la misteriosa región del Delta, en el Tigre, donde los dos vivieron de pequeños. Sin embargo, poco después de su regreso Agustín se encuentra inadvertidamente envuelto en el peligroso mundo criminal del que su hermano formaba parte.

El guión nos ofrece varios puntos de giro de calidad; nos eleva el conflicto del personaje a situaciones límite; y el medio en el que se desarrolla parte de la historia es hermoso y oscuro. Pero el plan que tenía la guionista para nosotros no cuaja ¿Por qué? Dejando pasar por alto ciertos agujeros, el principal problema de la película no es otro que el protagonista. La empatía necesaria, que el espectador necesita para sentir en su piel lo mismo que el personaje, no sucede. El diseño del personaje, junto con la interpretación de Vigo Mortensen, dejan de él, un ser misterioso que nos muestra un par de veces, de refilón, sus sentimientos. Queda por tanto ,ante el espectador, como un total desconocido. Y es que ¿Cuál es el deseo de este personaje? Al principio queda claro: Huir, empezar de cero. Pero ¿Y después? Se nos pierde la historia cuando no sabemos que está pensando el protagonista. Las dimensiones que el actor pueda aportar a su papel jugando con los silencios para aportar información, se transforman en intentos fallidos que enrarecen más la película.

Cuando llevamos casi dos horas siguiendo las peripecias del protagonista, nos enfrentamos al enfrentamiento final y resolución. A parte del problema con el personaje de Vigo Mortensen, esta parte del film es absolutamente floja. El final es de lavarse las manos. Sin duda, es la guinda casi ofensiva que nos deja tal y como estábamos antes de ver la película.

La banda sonora hubiera sido una gran herramienta a aprovechar para enfatizar ciertos sentimientos. Quizá una pequeña chuleta que nos sople por donde van los tiros. La fotografía y direción artística son impecables. En sí, la región del Delta es maravillosa como marco cinematográfico.

Dentro de la poesía del film, encontramos un subtexto interesante. Las metáforas y comparativas con las abejas y la miel son oportunas y añaden una dimensión más profunda.

En definitiva, la sensación final es de que pudo ser y no fué. Tenía mucha Fé en su argumento pero se me queda a medio camino. Estoy convencidísimo que el segundo largometraje de Ana Piterbarg será muchísimo mejor. Sintiéndolo mucho, he tenido que vengarme con este post. Ya he cumplido parte de mi plan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quimérico Cinéfilo
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