Quizá sea, en mi vida, El Principito, el cuento que mas ha encausado en mis caminos, en mis decisiones, en mi esencia.
Aquel niño puro e ingenuo, y aquella historia filosófica, en donde, al recorrer diferentes planetas, cada personaje y cada situación presenta una moraleja, un mensaje implícito, una nota a la melodía de la vida y un canto hacia las cosas que verdaderamente son importantes.
La película es bizarra, puede que mi percepción siempre sea un poco afilada en cuanto a las adaptaciones de libros pues yo quisiera que el filme sea enteramente igual a el y asi no será nunca, acepto que cada director aporque su toque de "propiedad" al hacer suya una obra, modificándola a su interpretación, tal es así que respeto en esta película, los saltos que se hacen a algunas situaciones contenidas en el libro que aquí no figuran.
Y verdad es que, como no perdonar los fallos, cuando uno tiene en frente a una criatura tan enteramente extraordinaria dando vida a aquel personaje del que tantas veces me enamoré y por el que llego a las lágrimas en cada cita y en cada letra que sale de sus labios; que niño tan precioso y delicado, su sonrisa, sus lágrimas... su risa en cada estrella sonando como melodiosos cascabeles en la noche cuando el aviador lo recuerda con melancolía. Sin palabras.
Ahora me será difícil recordar al Principito sin traer a mi mente aquel niño tan delicioso.
Recomendable el libro para quienes comprenden la vida, y recomendable la película para cerrar el cuadro que enmarca al aprendizaje de una obra maestra.