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Voto de mxdrz:
4
7,1
26.524
Drama
Luis (Luis Bermejo), profesor de literatura en paro, trata de hacer realidad el último deseo de su hija Alicia (Lucía Pollán), una niña de 12 años enferma de cáncer terminal: tener el vestido oficial de la serie japonesa de dibujos animados "Mágical Girl Yukiko". El elevado precio del vestido llevará a Luis a intentar encontrar el dinero de forma desesperada cuando conoce a Bárbara (Bárbara Lennie), una atractiva joven casada que sufre ... [+]
8 de febrero de 2015
499 de 811 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado durante el 2014 de Magical Girl, la película de Carlos Vermut, ganadora de la Concha de Oro del festival de cine de San Sebastián, nominada a siete premios Goya, y bastante aclamada por la crítica y el público. Sin embargo hay opiniones bastante opuestas a la casi generalizada adulación hacia este film, y la mía es una de ellas. Expondré a continuación las impresiones que me causó esta película, y aviso, aparecerá más de un spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al principio del largometraje se nos presentan a los personajes de Luís y Alicia, un padre, en el paro, y su hija, que padece una enfermedad terminal. Conocemos que Alicia desea enormemente un determinado disfraz de una serie de dibujos animados, y veremos como su padre intentará a toda costa cumplir este último deseo de su hija. Hasta este punto la película sigue una lógica clara, la historia está bien definida, al igual que los personajes (aunque las actuaciones de ambos no ayudan mucho a ello), y la acción se mueve inteligentemente entre los géneros del drama y la comedia. Es en este momento en el que aparece el personaje de Bárbara y el film empieza a perder el rumbo. La historia que hasta ahora nos guiaba se diluye casi por completo, que a poco más nos olvidamos para que quiere Luís el dinero que exige a Bárbara mediante chantajes. La narración desaparece pero la acción continúa, la parte media del largometraje no nos aporta nueva información, se limita a demostrarnos la forma en la que consigue Bárbara el dinero que le pide Luís. No nos engañemos, el cómo no es algo importante para la historia, y sin embargo aquí pasa a ser tratado como lo principal. Se nos presentará ante nosotros un universo oscuro relacionado con la pornografía sadomasoquista que poco busca aportar, es utilizado como un truco efectista que busca dramatizar al espectador con ningún fin claro. Por supuesto que ver un cuerpo lleno de cicatrices, o ver como una mujer se tiene que someter a una tortura para conseguir algo de dinero es algo que impresiona, pero ¿son estas cuestiones incluidas en la película con la finalidad de contar mejor la historia o como un simple artificio para conseguir llamar la atención del espectador ya que el guión por si solo no es capaz de hacerlo? Personalmente no me cabe duda de que, en esta ocasión se trata de la segunda opción.
A estas alturas de película ya casi nos hemos olvidado de Luís, y sobre todo de Alicia, sin embargo un nuevo personaje aparecerá por arte de magia para intentar reconducir esta historia ya exageradamente difuminada. Damián, un antiguo profesor de Bárbara, respecto al cual se hacen ciertas referencias a su pasado y al tipo de relación que mantiene con Bárbara, la cual resulta de todo menos clara, tanto para el espectador como a mi juicio para el propio Vermut a la hora de escribir el guión. Bien, nos acercamos al final de la película, ya es hora de resolver la historia, es en este punto en el que queda claro que lo que prima en esta película es el efectismo, la dramatización vacía, la búsqueda de impresionar al espectador, y el menosprecio hacia la narración y desde mi punto de vista a la inteligencia de los espectadores. De que trataba esta película? Ah si, Luís estaba chantajeando a Bárbara para conseguir algo de dinero para cumplir el último deseo de su hija. Como resolvemos esta historia? Con Damián pegándole un tiro en la cabeza a Luís y a toda la gente que se encontraba en el bar en el que tiene lugar esta escena, y por último a la joven Alicia.
Termina el film, han pasado más de dos horas y seguimos sin saber quién demonios es Damián, por qué se mancha las manos con la sangre de una niña por Bárbara. ¿Y por qué no somos capaces de comprenderlo? porque aquí no se buscaba contar una buena historia. Se buscaba impresionar al espectador, y es demasiado sencillo hacerlo enseñándonos mundos como el de la pornografía dura, o el asesinato de una niña de 12 años. Una película no es mejor por tratar estas determinadas cuestiones o porque la serie de dibujos animados de la que quería el disfraz Alicia se tratara de un anime. Es fácil impresionar mediante artificios, mucho más difícil es impresionar contando bien una gran historia, sin embargo mucha gente lo consigue, no es el caso de Carlos Vermut.
A estas alturas de película ya casi nos hemos olvidado de Luís, y sobre todo de Alicia, sin embargo un nuevo personaje aparecerá por arte de magia para intentar reconducir esta historia ya exageradamente difuminada. Damián, un antiguo profesor de Bárbara, respecto al cual se hacen ciertas referencias a su pasado y al tipo de relación que mantiene con Bárbara, la cual resulta de todo menos clara, tanto para el espectador como a mi juicio para el propio Vermut a la hora de escribir el guión. Bien, nos acercamos al final de la película, ya es hora de resolver la historia, es en este punto en el que queda claro que lo que prima en esta película es el efectismo, la dramatización vacía, la búsqueda de impresionar al espectador, y el menosprecio hacia la narración y desde mi punto de vista a la inteligencia de los espectadores. De que trataba esta película? Ah si, Luís estaba chantajeando a Bárbara para conseguir algo de dinero para cumplir el último deseo de su hija. Como resolvemos esta historia? Con Damián pegándole un tiro en la cabeza a Luís y a toda la gente que se encontraba en el bar en el que tiene lugar esta escena, y por último a la joven Alicia.
Termina el film, han pasado más de dos horas y seguimos sin saber quién demonios es Damián, por qué se mancha las manos con la sangre de una niña por Bárbara. ¿Y por qué no somos capaces de comprenderlo? porque aquí no se buscaba contar una buena historia. Se buscaba impresionar al espectador, y es demasiado sencillo hacerlo enseñándonos mundos como el de la pornografía dura, o el asesinato de una niña de 12 años. Una película no es mejor por tratar estas determinadas cuestiones o porque la serie de dibujos animados de la que quería el disfraz Alicia se tratara de un anime. Es fácil impresionar mediante artificios, mucho más difícil es impresionar contando bien una gran historia, sin embargo mucha gente lo consigue, no es el caso de Carlos Vermut.