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Voto de La Taverna del Mastí:
8
Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
23 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tonya Harding y Nancy Kerrigan eran las dos reinas del patinaje sobre hielo de Estados Unidos en los primeros años noventa. Se podría decir que, a pesar de su gran talento para el deporte, eran polos totalmente opuestos. Harding se crió en una familia humilde, pasando penurias económicas, así como el maltrato físico y psicológico de su madre. Sobre el hielo, todo se olvidaba debido a su gran talento y capacidad atlética. Destacó por sus saltos, siendo la segunda mujer del mundo (y la primera estadounidense) en completar un salto triple axel en una competición oficial; sin embargo, el patinaje artístico es un deporte en el que prima tanto el músculo como la elegancia y la femineidad. En el caso de Tonya, se podría decir que era poco refinada a la hora de elegir sus peinados, sus vestidos y hasta la música en competición (rock en lugar de ópera); unas características que le hacían perder puntos frente a sus competidoras. Por otro lado, Nancy era todo lo contrario. A pesar de que su familia era de clase modesta, siendo hija de un soldador y una ama de casa, se crío en un ambiente estable, propiciando que lo tuviera todo de cara para convertirse en una estrella del patinaje.

En 6 de enero de 1994, cuando estaba en juego las dos plazas olímpicas del equipo estadounidense, la joven y talentosa patinadora artística Nancy Kerrigan se encontraba en una de sus rutinarias sesiones de entrenamiento, preparándose ante la gran cita olímpica, que se celebraría ese mismo año en la ciudad noruega de Lillehammer. Tras terminar la sesión, se dirigió a los vestuarios para cambiarse de atuendo. Cuando se dispuso a quitarse los patines, un hombre salido de la nada, armado con una barra de hierro, le descargó un tremendo golpe en la rodilla, dándose posteriormente a la fuga y dejando tras de si a la patinadora rompiéndose de dolor. Las imágenes de Nancy Kerrigan llorando en agonía, y gritando desconsoladamente una y otra vez "¿por qué?", sacudieron el mundo del deporte. Nunca el patinaje artístico generó tanta atención mediática. Lo que en un principio parecía ser el acto fortuito de un perturbado, finalmente destapó una trama de conspiración, maltratos, envidia y venganza protagonizada por Tonya Harding, que supuestamente contrató a un matón (a través de su marido) para acabar con la carrera de su odiada rival.

Todo esto y mucho más viene plasmado en la película que nos concierne, titulada "Yo, Tonya", centrada en la historia de la patinadora de Portland (Oregón, Estados Unidos), considerada como la mayor villana del deporte estadounidense.

Margot Robbie, la actriz australiana que se dio a conocer en "El lobo de Wall Street" (The Wolf of Wall Street, 2013) de Martin Scorsese y que también interpretó de forma brillante a Harley Quinn en "Escuadrón Suicida" (Suicide Squad, 2016) de David Ayer, se encuentra al frente del proyecto desde el comienzo. Escrito por Steven Rogers, la actriz compró el guión de la película junto con sus socios a través de su productora, antes incluso de que saliera publicado en la 'Black list' de Hollywood; es decir, la lista de los mejores guiones de cine que no llegaron a rodarse. Y es que, cuando lo leyeron, se enamoraron y en 48 horas lo tenían. Tanto Rogers como Gillespie firman su mejor trabajo hasta la fecha. Sobre el guionista cabría decir que sorprende su cambio de registro, ya que todos los anteriores libretos estaban inmersos en el género romántico; y por otra parte, exceptuando su ópera prima "Lars y una chica de verdad" (Lars and the Real Girl, 2007), el cineasta ha tenido una trayectoria digamos un tanto mediocre. Con todos estos ingredientes, Robbie se reservó el papel protagonista que Hollywood se negaba a otorgarle, para conformar a la postre la que sin duda es una de las mejores películas de este año 2018.

Con un estilo a medio camino entre el falso documental y la comedia negra, "Yo, Tonya" se desmarca del resto de 'biopics' al uso, con una historia interesante que mantiene al espectador pegado en su butaca. El tono de 'mockumentary' que adquiere la cinta, recreando entrevistas a sus protagonistas (filmadas en un formato distinto al resto del metraje, y que cuentan su jodida verdad, tal y como relatan ellos mismos en el filme), propicia que hayan saltos en la linea temporal, otorgándole un ritmo vibrante que no decae en ningún segundo. Asimismo, sus personajes rompen 'la cuarta pared' en momentos determinados, algo que realmente me encanta, ya que te están haciendo partícipe de los hechos que relatan. Y por si esto no fuera suficiente, cuenta con una deliciosa selección de temazos pop y rock de los setenta y ochenta muy al estilo de Martin Scorsese o Quentin Tarantino... y ¿qué decir de las interpretaciones? Son de auténtico órdago. Margot Robbie está genial como Tonya Harding, conformando el mejor papel de su carrera; sin embargo, lo de Allison Janney es de otro planeta, ya que está impresionante encarnando a LaVona Golden, la madre maleducada y grotesca de Tonya (solamente por la alucinante escena de 'la flor y el jardinero' merece ganar todos los premios habidos y por haber).

En definitiva, "Yo, Tonya" es una película cuenta de forma brillante el ascenso y posterior caída y autodestrucción de una deportista que tuvo su minuto de gloria, que tal como llegó se desvaneció como una estrella fugaz contra la atmósfera terrestre. También es una cinta que te hará desencajar la mandíbula de tanto reír, por ese derroche de puro esperpento patetismo de sus personajes (ese guardaespaldas es como nuestro adorado "Torrente", pero pasado por el túrmix de los Hermanos Coen), al mismo tiempo que te hará conocer uno de los sucesos más lamentables y vergonzosos de la historia del deporte, realizando de paso, una brutal crítica a las formas pre-establecidas, y a los cánones de belleza y perfección, que priman más sobre el talento puramente dicho en una disciplina deportiva.
La Taverna del Mastí
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