No recuerdo nada, pero nada, ni una escena, del bodrio "El laberinto del Fauno". Nada. Sólo mi indignación al final de la película y mi promesa de no dejarme estafar de nuevo por este cineasta mediocre que es Guillermo del Toro. Pero no pude cumplir mi promesa, y vi "La forma del agua".
Error.
Más allá de las reminiscencias casi escandalosas a la película "Amelie", la película en su totalidad comete el peor de los pecados: faltarle el respeto al espectador. La mitad de las escenas son eso, estupideces infantiloides que sólo le faltan el respeto a la inteligencia. Los personajes malísimos, todos estereotipados, toscos y mal desarrollados. Eso si, con una fotografía de gran nivel, como casi todas las películas que cuentan con un gran presupuesto.
Para que el bodrio no parezca tan infantiloide, el director recurre a un par de escenas con desnudos totales y sexo casi explícito totalmente gratuitas, que no logran más que empeorar la situación.
Del Toro también recurre al humor, de la peor manera, obviamente, causando asombro en lugar de risa. Asombro por lo mismo que antes, la falta de respeto a la inteligencia.
Siendo una película ambientada en la década del 60, las posibilidades para usar la maravillosa e infinita música de la época eran ilimitadas. Pero lo arruina también en este plano. En fin, nada para rescatar de una película menos que mediocre que será olvidada en un par de semanas.
Para terminar, unas palabras para el Sr. Guillermo del Toro: es usted un cineasta de cuarta cultor de una supuesta poética insufrible y muy berreta, un estafador contenido por una mafia que pretende hacerle creer al mundo que es usted el mejor de todos. No se lo cree nadie.