Enésimo papel de cínico-chulo-duro policía de Bruce Willis, recordando al inolvidable John McClane de “La junga de cristal” (1988).

“Hostage” cuenta, en un comienzo muy prometedor, cómo un negociador fracasa en su intento por salvar la vida de unos rehenes secuestrados por un loco en su propia casa. Años después, transformado en un policía de un tranquilo condado, volverá a vivir una situación similar.

Florent-Emilio Siri firma una película archiconvencional, mil veces vista y repleta de copy-paste de otras cintas del género: desde todas las películas de negociadores pasando por la ya nombrada “La jungla de cristal”, hasta la violencia visual de “El cuervo” (1994) o incluso recuerda algo del sadismo de “Funny Games” (1997) de Haneke. Los secuestradores son crueles, sin escrúpulos y alguno de ellos con una maldad sobrehumana, rayana en diabólica, lo que hará harto difícil la labor de Willis.

La cinta cuenta con unas dosis de violencia que se encuentran por encima de la media del cine de acción convencional, lo que supone que no es una cinta destinada exclusivamente a hacer caja, aunque el 95% lo sea. El otro 5% es marca del Florent-Emilio (vaya nombrecito, por cierto), que consigue darle a tanto convencionalismo un cierto toque personal en cuanto al estilo visual de la cinta.

Su desarrollo no es nada novedoso, pero la cinta es bastante entretenida. Entre tanta copia y recopia de películas, Siri logra cohesionar un filme de buen ritmo, de escenas con cierto toque especial a la par que grotesco, y un acabado general bastante aceptable. Y Willis, para sus fans, repite el papel que lo lanzó al estrellato, el héroe de acción que aquí, esta vez, se mueve por un miedo más humano y racional.

Recomendable.