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El Salvador El Salvador · Klendathu
Voto de Especialista Mike:
1
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
10 de marzo de 2013
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi crítica expresará una opinión minoritaria en esta página. Puede que la polémica desatada por Spike Lee (un director también dado a la polémica) me haya predispuesto pero no ha sido eso. Si para sensibilidades estamos, "Inglorious Basterds" ya me hería lo suficiente como para simpatizar con las víctimas de la depredadora cuadrilla de Brad Pitt. Pero no es la cuestión de si trivializa o no la esclavitud afroamericana. Aunque lo hace.

La cuestión es que la historia es tediosa y cansina y no da para las agotadoras casi tres horas de metraje que tiene. Desproporcionada duración para una historia que de por sí hubiera quedado mejor en 90 minutos o menos. Y desproporcionada para las críticas acomodadas de los periódicos y para un Oscar... ¿¡al mejor guion!?

Que quiera hacer trizas la Historia y convertirla en un fanzine pulp y superficial no debe representar un problema (como lo hizo con los Bastardos). El problema es forzar el fanzine para que alcance proporciones bíblicas. La desfachatez funciona extraordinariamente bien en "Death Proof", pero aquí sobran flashbacks de la Von Schaft, la cacería de los hermanos Brittle, la patosa cacería del KKK... Muy graciosos y vistosos de por sí (yo me reí cuando el personaje de Tarantino voló por los aires) pero que derrochan en escenas gratuitas que no abonan nada.

Si de un fanzine se trata, entonces hay que contar sin dar tantas vueltas. Debe hacerse ateniéndose a la pureza estructural de un cuento. Pero Tarantino pretende convertirlo en una grandilocuente novela; es más, en la mismísima épica de nuestro tiempo y así le queda una historia desinflada en una sucesión de anécdotas graciosas y sangrientas. Si hubiera sido más corto el film hubiera ganado la densidad deseada y estaríamos ante una obra maestra.

Tampoco funciona el personaje principal, Django (Jamie Foxx). Django salta de rabia a la primera como un bravucón y carece del ingenio del que está dotado su compañero (Waltz), del encanto de ese monstruo llamado Monsieur Candie (DiCaprio) o de los profundos y contradictorios motivos de Stephen (Jackson).

El film también está desprovisto del hipnótico estilo visual de sus películas. Zooms que homenajean torpemente a los 70, y enfoques y desenfoques que no hacen honor al grandioso Robert Richardson (director de fotografía).

Tarantino juega a hacer películas kitsch, de mal gusto y está en su derecho. Muchos directores lo han hecho conscientemente ya. Lynch y Almodóvar subvierten algunas de sus convenciones estéticas. Verhoeven y el mismo Tarantino en sus inicios se entregaban a ella descaradamente bien. Pero no por ello perdían el nervio narrativo que debemos exigirle sus fans.
Especialista Mike
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