Parece ser que Ridley Scott y Russell Crowe no tenían nada que hacer, quedaron a tomar una caña y más tarde para hacer una película. Y les salió esto. En realidad la película es como un partido de fútbol en pretemporada, un tostón en el que gente que ya has visto antes hace lo de siempre pero sin ninguna emoción, y que acabas viendo porque no echan nada mejor en la tele.

Es aburrida y totalmente previsible, algo así como Bajo el Sol de la Toscana pero en chico, aunque son tan malas las dos que no sabría decir cual es peor. Recae demasiado en el actor protagonista (que básicamente hizo la película por la pasta), el guión es estúpido e infantil, los personajes secundarios no aportan nada a la historia... Pero quizás lo más cansino de todo es la moralina de siempre de "disfruta de los placeres de vida (siempre y cuando ya hayas sido antes lo suficientemente rico y mezquino)", "la vida rural es perfecta si la comparamos con la ciudad (que está llena de gente sin valores)"...

Lo único que vale la pena son los flashbacks protagonizados por Albert Finney y Freddie Highmore, que pese a no ser nada del otro mundo resaltan entre el resto de basura.

Prescindible.