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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
10
Drama Este clásico del cine mudo fue el primer film que explotó el movimiento de cámara. Narra cómo el portero de un lujoso hotel, un anciano orgulloso de su trabajo y respetado por todos, es bruscamente degradado a mozo de los lavabos. Privado de su antiguo trabajo y del uniforme que le identifica, intenta ocultar su nueva condición, pero su vida se va desintegrando lentamente. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un viejo, orgulloso y coqueto portero de un hotel (Jannings) es relevado de su puesto y mandado como limpiador de los aseos... Una de las grandes películas de todos los tiempos, en la que Murnau construye a partir de un hecho insignificante, cotidiano, común y atemporal -no de esta misma forma, pero sí el hecho del retiro o jubilación- una tragedia dolorosa e inconsolable. Para Jannings es una afrenta y humillación mortal y vejatoria ser relegado de esta forma, ser desprovisto de su indispensable uniforme. Esto le provoca primeramente incredulidad, luego inconsciencia y finalmente pánico. Y es que ahora el pánico y la angustia no viene determinado por un contexto fantaterrorífico sino por un drama íntimo de enorme hondura por el que Jannings pasa de ser uno más o alguien importante, a ser el último. Sin diálogos y con grandes movimientos de cámara, de un vanguardismo sorprendente, Murnau nos sumerge en una pesadilla depresiva sobre la pérdida de la dignidad, de la identidad, del alma de un ser humano al que hunde todavía más la reacia y sarcástica reacción de su entorno (mujer, vecindario, amigos) que el hecho mismo. Por ello "El último" es una denuncia de la hipocresía colectiva sobre un indefenso ser individual. Y entonces sí que, con su infinita tristeza a cuestas y sin su uniforme, sin su recodo, Jannings se siente definitivamente el último, quedándole dos opciones igual de penosas: la locura ensimismada e inofensiva que lo conducirá a una muerte lenta; la locura furiosa, rebelde y asesina, que apenas le servirá de nada y le llevará al mismo destino (spoiler).
Obra maestra total y absoluta, película genial e imprescindible, acaba con un epílogo que debe ser tenido en cuenta aparte y que es un arriesgadísimo y pudiera admitirse que hasta equivocado pues en él, Murnau, al introducir un fingido y feliz final rompe la irrompible unidad temática y estilística del film (malditas imposiciones de los productores). Aún así, tendría sentido pues lo que busca Murnau más que con el humor aligerar tan negra pesadilla, sería reafirmar/homenajear el personaje de Jannings, el cual no habría hecho lo mismo para con un semejante, sino que al menos lo habría tratado con un mínimo de respeto y nada de hipocresía.
Plagada de inolvidables momentos (Jannings, aturdido, es desvestido de su uniforme; el fatal encuentro lejano con su mujer, el sueño), se trata de un film imprescindible a todos los niveles, que permite ver la evolución necesaria del expresionismo alemán y que cuenta con un trabajo inmarchitable del soberbio Emil Jannings.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kafka
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