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Frances Ha

Comedia. Drama Frances (Greta Gerwig), una joven de 27 años, ha decidido, a pesar de su edad, intentar cumplir su sueño de ser bailarina en una compañía de danza de Nueva York. Vive con su mejor amiga Sophie, y disfruta de la vida con alegría y despreocupación, pese a que desea mucho más de lo que tiene y su espíritu inocente no es precisamente ideal para sobrevivir en la jungla neoyorquina... Una fábula moderna sobre la juventud, la amistad, la ... [+]
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Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
7 de abril de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Frances Ha” es la última película de Noah Baumbach, un director curtido en la esfera independiente, con cintas como “Una historia de Brooklyn”, “Margot y la boda” o “Greenberg” y que también ha trabajado con Wes Anderson como coguionista de “Life Aquatic” y “Fantástico Mr.Fox”. Baumbach es uno de esos directores que entran de pleno en la categoría de arquetipo de director del Festival de Sundance, autor de un cine con un punto “cultureta”, rayano en lo pretencioso pero interesante. Con los años parece haber ido modelando ese estilo y ahora resulta bastante más pulido (y más logrado) que en sus inicios, siendo sus dos últimas películas (las mejores) un tratado sobre unos personajes inmaduros que se ven obligados a dar un paso adelante para no quedarse atrás del resto del mundo. “Greenberg” era la historia de un hombre maniático y despreciable que descubría sus carencias emocionales a través de la relación con una mujer sencilla y bondadosa y “Frances Ha” habla de la necesidad de evolucionar de una mujer de veintitantos años que se resiste a dejar atrás la postadolescencia. La mujer en ambas películas es la prometedora Greta Gerwig, también curtida en numerosas películas independientes, pareja de Noah Baumbach en la vida real y coguionista de “Frances Ha”.

Frances quiere ser bailarina y mantiene esa inocencia de la juventud de luchar por los propios sueños, dejando pasar oportunidades más estables para encauzar su vida. La gente que conoce empieza a emparejarse y tener hijos, a cumplir el ideal pequeño-burgués de sentar la cabeza, algo con lo que ella no se siente identificada. A Frances le gusta jugar a pelearse con su mejor amiga Sophie (Mickey Sumner, hija del cantante Sting) y no preocuparse mucho por los chicos ni por la estabilidad material. Será en el momento en el que Sophie siente la cabeza cuando Frances se planteará hacer lo mismo, aunque con resultados lejanos a lo deseado, con el absurdo cotidiano invadiéndolo todo.

“Frances Ha” podría ser vista como la versión modernilla de Bridget Jones, con una actriz atractiva por su normalidad que no encaja en el ideal hollywoodiense, viviendo aventuras un poco locas en un entorno urbanita. Pero la película de Baumbach va más allá del petardeo y de la búsqueda del príncipe azul (uno de los personajes tilda a Frances de espantachicos) y sigue una senda que recuerda a la serie “Girls” en su trazado de las desventuras cotidianas de un puñado de veinteañeras en Nueva York sin resquicio para sentimentalismos. Frances puede darnos risa o pena según el momento, pero siempre provoca ternura por su autenticidad a veces algo tontorrona.

Baumbach homenajea al cine independiente americano de los 90 y a la “nouvelle vague” francesa con un blanco y negro que refuerza esas pequeñas miserias cotidianas de amistades que se pierden sin un motivo concreto, trabajos precarios, dificultades para llegar a fin de mes, cambios de piso y compañías y niños de papá que van de artistas y se limitan a vivir del cuento. Una película que sabe reírse de sí misma y de la gente que retrata pero sin hacer sangre, como el encanto que destila su actriz protagonista, una Greta Gerwig que se mueve como pez en el agua en personajes un poco marcianos y reales como la vida misma por esas mismas marcianadas.
travis braddock
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4 de septiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frances Ha consigue con su impecable estética, su bella fotografía y su adecuada música, que prestemos atención a lo que pasa en la pantalla. Ese es su primer punto a favor. Luego vienen otros como su corto metraje que hace que todo lo que quiere contar esté condensado de una manera que jamás se hace pesada, como sí pasa en otras películas que tienen el doble o el triple de duración que esta. El "cómo" de Frances Ha es lo que realmente encandila, pues ese "cómo", la vía, no es otro que Greta Gerwig y su manera dulce y simple de darnos a entender cómo es... intelectualidad máxima y de las más difíciles de conseguir: explicar algo profundo de manera muy simple. Tiene tintes de "Manhattan" y de "La vida de Adéle", también en el peor de los casos... de un capítulo de "Girls"... pero nunca llega a caer en la cursilería a la sopa boba de esta serie, por eso nos deja un buen sabor de boca. Sabe parar a tiempo y esa es la razón por la que nos gustan sus personajes y ese cómo. Tiene alma y poesía.
gpiqueras
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8 de mayo de 2014
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Un viaje vital en busca de uno mismo, pero al final nos enseña que no hay un guión para la vida. Que por mucho que busquemos y anhelemos no podemos vernos en un futuro inmediato sin describir el pasado que viviremos... ¿retórica?, ¿aliteración de lo "hipster·?. No podemos negar que todos conocemos a alguna Frances, o que en algún momento nos sentimos como ella, pero no reaccionamos así, o mejor dicho, no no-reaccionamos así... La creación de la personalidad del personaje queda enmarcada en un guión sin causas, pero con grandes insinuaciones, lo que deja de hacer con sus actos inspira trabajo en la historia. La interpretación está llena de pequeñas joyas en personajes que fluyen y siguen su camino hasta dar al mar, como los ríos con sus meandros, llenos de piedras...
Bolseiro
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12 de julio de 2014
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Cuesta conectar con “Frances Ha”. En su arranque se me antoja como dice Sophie (mejor amiga de la protagonista) al llegar piso compartido de pijos, “demasiado pretenciosa”. En algunos momentos me parecía estar en una de esas series de televisión de moda que no dejan de ser una versión gafapasta y pedante de “Sexo en Nueva York” y en otros en un anuncio veraniego de Estrella Damm pero más cool al ser en blanco y negro y en New York.

Pero allí estaba ella, Greta Gerwig , que se come la pantalla y a la vez sostiene sobre su espalda toda la cinta. “Frances Ha” es Greta Gerwig, Greta Gerwig es “Frances Ha” y aunque lo demás no le acabe de acompañar tanto como Noah Baumbach quisiera o pretendiera, ella sigue adelante, imparable, siempre hacia delante. Y así es su personaje aparte de fresco, original y genialmente interpretado. Una mujer de contrastes pero que pase lo que pase tira hacia adelante. Tiene una relación de “siamesas” o de “lesbianas viejas que ya no practican sexo” (como ellas mismas se definen) con su mejor amiga y compañera de piso Sophie. Por momentos parece alguien totalmente dependiente, con ideas claras de su situación, prioridades y metas, en otros alguien tan volátil como el aire, que improvisa según le viene la vida y que una clara meta puede confundirse con el puntazo del momento, aunque lo que parece que tenga más claro es que quiere bailar.

Frances es un torbellino de alegría, frescura, danza y una sonrisa llena de color y esto hace que haga amigos pronto pero que también le duren poco o no llegue a establecer lazos duraderos. Demasiado intensa, incluso “jeta” por momentos pero ante todo natural. Una niña pequeña en la mesa de los adultos que tienen planes de futuro, trabajo, familia....una vieja para los que sobrepasa en algunos años de edad. Frances no acaba de encajar pero le da igual, sigue adelante. Quizá da y espera demasiado y luego se decepciona, quizá alguien le da mucho pero no lo valora y sigue su camino correteando por las calles de New York. Pero no se recuesta en un diván a llorar y a ponerlo en facebook, no maldice su suerte porque no le dan lo que cree merecer por su entrega sin pensar que ella también lo ha hecho, sólo sigue adelante.

Frances es un gran personaje con el que resulta fácil identificarse aunque sea en algunos de sus retales y quizá por ello su éxito pero quitando eso a Noah Baumbach le pasa un poco lo que le pasó con “Greenberg” o “Una historia de Brooklyn”: que la película está bien pero no tanto como pretende o se cree. Aún así, pasadas unas horas de su visionado y escribiendo estas líneas, va subiendo enteros y no descarto que lo siga haciendo con el tiempo y en un futuro visionado, pero de nuevo, será gracias a Greta/Frances.

Nota: 6'2
Turbolover1984
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19 de julio de 2014
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En blanco y negro y con una música perfecta, muy bien elegida en cada fotograma por su ayuda en intensificar la lectura de la situación muestra, fija tu atención exclusiva en un personaje caótico, atropellado y destartalado de mucha palabrería exterior pero inmensa soledad interior que pierde ese mundo privado y exclusivo creado por ella misma y que siente como el descontrol, el sin sentido, la aceleración autodestructiva se apoderan de ella y de su desenfrenada existencia.
Una evolución tortuosa, triste y agónica que sólo verá la luz del reposo, la tranquilidad y el silencio después de muchos golpes y baches, desesperados encuentros de inmensa esperanza pero nulo efecto que desembocan sin remedio y con gran alivio en el relax y el descanso de aceptar la realidad y dejar de lado la ensoñación, crecer.
Escudadas mentiras para una Bridget Jones apagada, sin tanto escándalo ni revuelo pero con su misma angustiosa y horrible percepción de no tener sitio, de no encontrar su camino, de perder las ilusiones de una vida que se escapa porque en realidad nunca existió excepto en la imaginación inventiva y fantasiosa de una mujer que no sabe quererse, que no aprecia el valor de su persona, una anhelada aceptación del grupo cuyo rechazo la anula, rebaja y lesiona gravemente.
Una Charlot de poca gracia y mucha lástima, intensa compasión y desvelo que no consigues hacer del todo tuya, un paso a la edad adulta que sólo saca de ti una mirada catatónica, de asombro y perplejidad, desazón y desconsuelo por esta bola del pinball que ha iniciado su partida hacia la locura, el desenfreno y el frenesí, valentía atrevida o estupidez osada de tirarse a la piscina sin comprobar si hay agua, coche sin frenos en la autopista en dirección contraria.
Aprecias, valoras, estimas la estética, la presentación, la definición del personaje, la diversidad de géneros combinada pero nunca dejas de ser una mera espectadora que desde el confort de la lejanía, la seguridad de la distancia ofrece una mirada de escaneo e indagación, una visión cómoda y pasiva que permite observar las lágrimas sin participar del lloro, exhibir el dolor sin sentir el sufrimiento, ver y mirar el desconsuelo desde el consuelo de no sentir ni vivir la vorágine.
Reconstrucción forzosa y al límite de una existencia asfixiante y humillante que causa expectación y desasosiego, incertidumbre y esfuerzo, meritoria resolución de un crucigrama cuya delicia es vivida en el pensamiento, placer del concepto contenido pero ignorada por el sentimiento, olvidada por las emociones que te involucran y hacen amar al personaje, te sientes perdido ante tanta aceleración, mareado ante tanto vertiginoso movimiento, torpe ante tanto andar sin rumbo ni destino.
Una aturdida adolescente tardía, Peter Pan casi en la treintena, que empieza a madurar obligada y a marchas forzadas aunque incomprensible, cansina y loca para el que la sigue, desconcertado, desde fuera.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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