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Deseos humanos

Cine negro. Drama Carl Buckley (Broderick Crawford), un maquinista que teme perder su empleo, pide a su mujer (Gloria Grahame) con la que mantiene una fría relación, que interceda por él ante un ejecutivo de la compañía con el que ella había tenido relaciones antes de casarse. Pero, cuando Carl se entera del precio que su mujer ha tenido que pagar para evitar su despido, asesina al directivo durante un viaje en tren. El ferroviario Jeff Warren (Glenn ... [+]
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
6 de julio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deseos humanos de Fritz Lang, es un drama de cine negro. Dirigido con maestría y bien definido, entretiene y engancha desde el principio, a medida que nos argumenta la trama y nos presenta a los personajes, hilando una gran historia del mejor cine noir.
Musicalmente, como es costumbre en sus cintas, acompaña la acción con sonidos bellos y armoniosos y también inquietantes... técnica que sabe sacar jugo, no solo en este film, sino en todos los que el singular cineasta dirige con acierto.
Las actuaciones destacan de sobremanera, con un Glenn Ford sobrio y sobresaliente, que realiza un papel con personalidad y brillo propio, acompañado por la actuación de una intachable Gloria Grahame. Dicho dúo, ya realizo un tándem igual de bueno en Los sobornados.
El guión, digno del mejor cine negro, es magnífico y enrevesado, cuya misión de intrigar y mantener al público en suspense lo consigue con un argumento absorbente y penetrante, basado en relaciones amorosas prohibidas y peligrosas. Y es narrado a su modo clásico y perfecto de explicar los guiones, con gran técnica y definición.
Para concluir, mencionar también una fotografía en blanco y negro competente y estéticamente trabajada. Por lo que sin duda, tiene razones de sobra para ser considero una gran cinta de cine negro, con un gran drama en su interior, sublimes interpretaciones, y una dirección y montaje estelar que desde luego no dejara a nadie indiferente.
Elcinederamon
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22 de mayo de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se tiende a hablar de Pedro Almodóvar o Woody Allen, pero Fritz Lang tuvo mucho que decir sobre las mujeres a lo largo de su extensa filmografía. Piezas angulares en su cine y símbolos de la perdición para el hombre, ya sea en El hombre atrapado (1941) tras los encantos de Joan Bennett, en Encubridora (1952) bajo el impenetrable rostro de Marlene Dietrich o en La venganza de Frank James (1940) camuflada con la dulzura de Gene Tierney, Lang siempre construyó todo su universo femenino en contra de las convenciones de género y del sistema, haciendo de ellas femmes fatales avocadas a firmar sentencias trágicas de destino para sus viriles protagonistas. Este sello del cineasta de origen vienés puede deberse, quizás, al sólido matrimonio mantenido con la guionista Thea von Harbou desde 1922 hasta 1933, la cual auguraba infortunio al hombre del monóculo por su activismo y fidelidad con el Tercer Reich que tanto detestó.

En Deseos humanos no hay excepción. Jeff Warren (Glenn Ford) es un excombatiente de la Guerra de Corea (encontramos en él la primera similitud con el director, el cual participó como soldado en la Primera Guerra Mundial luchando con el Imperio Austrohúngaro en Rumanía y Rusia durante 1914) que, a su vuelta, sustituye el rifle por los mandos del ferrocarril buscando una vida tranquila en un pequeño pueblo estadounidense (la huida de Lang del nazismo lo llevó a vivir, hasta su muerte en 1976, a los Estados Unidos). Pero el destino tiene reservados planes diferentes para el veterano. Un destino que se bifurca con la aparición de dos mujeres; Ellen Simmons (Kathleen Case), hija de su gran amigo Alec Simmons (Edgar Buchanan), y Vicki Buckley (Gloria Grahame), una mujer casada con Carl Buckley (Broderick Crawford), uno de sus compañeros de trabajo, entre las que se verá obligado a elegir mientras se gesta, desarrolla y consuma un escabroso asesinato.

Cuando afirmo que Lang fue un visionario no solo es por su impoluta técnica. Ya en 1954, el arquitecto de la luz diseña un intenso melodrama moviéndose firme y sólido como una locomotora sobre las vías del noir que termina colisionando, a conciencia milimétrica, contra la infraestructura en la que se cimienta la sociedad americana del s. XX, encargada de relegar la figura femenina a postrarse ante los deseos más egoístas e insensibles del hombre que todavía hoy resiste al paso de los años. Basándose ligeramente en la novela de Émile Zola La bestia humana (1906), Lang teje los hilos del destino como raíles férreos a través del ménage a trois entre el héroe, la bestia y, por supuesto, la femme fatale. Jeff, Carl y Vicki son las tres superpotencias enfrentadas a lo largo de la película, con alianzas, traiciones y treguas que evidencian la gran desventaja de una de ellas, la de la mujer, en una guerra instigada por las ambiciones de cada uno de los hombres, haciendo de Vicki la crónica viva de una mujer maltratada por el machismo hace nada más y nada menos que 67 años.

Aunque más optimista, Lang trata sus temas más recurrentes. El amor que ciega y que empuja a sus protagonistas a un destino cada vez más decadente, tranformándolo aquí en pos de la deshumanización de sus personajes en impulsos primitivos, en deseos humanos que convierten a Vicki en el país a invadir por dos fuerzas ajenas a sus condiciones e intereses personales. Vicki es el epicentro de la historia, motivo que le vale a Lang para plantear la venganza motivada desde el romance. Mejor dicho, desde los celos y obsesiones de los hombres, tal y como dice uno de los eslóganes comerciales de la película, 'it isn't love... It's human desire'. También, y, a través de los códigos del noir, el director vuelve a dudar sobre el correcto funcionamiento de la justicia, surgido desde el amor ciego que corrompe la moral de Jeff en la secuencia del juicio entendiéndolo como la representación de una sociedad deshumanizada que antepone el beneficio personal, en este caso, ese objeto de deseo llamado Vicki, a la jurisprudencia. Esto lo convierte, automáticamente, en otro de los temas predilectos del director. La culpa lo infecta, y Lang comienza el análisis de sus personajes (considera al realizador un psicoanalista) contraponiendo los dos extremos, el héroe y el villano, Jeff y Carl. La dualidad entre ambos manifestada en el trato hacia Vicki pero que, en el fondo, tienen las mismas motivaciones ególatras que obvian los sentimientos de una mujer atrapada entre dos mundos tan iguales como opuestos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tiggy
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2 de febrero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la novela "La Bestia Humana" de Emile Zola que ya había sido llevada con anterioridad a la gran pantalla y con peores resultados por Jean Renoir.

Tras la insuperable "Los Sobornados", vuelven a coincidir Glenn Ford y Gloria Grahame bajo dirección de Fritz Lang en este excelente cruce entre intenso melodrama y cine negro.

Con un espléndido guión de Alfred Hayes y la sabia labor de Lang en la dirección, la película contiene momentos de suspense muy logrados, sobre todo en las escenas posteriores al crimen cometido en el tren, por no hablar de la elaboración de una trama que no pierde interés en ningún momento.
Llama la atención el énfasis en la inevitabilidad del destino trágico de algunos de sus personajes, el uso de acertados simbolismos estéticos o la obtención de una atmósfera inquietante.

En cuanto a los intérpretes cabe reseñar la ardiente interacción entre el trío amoroso, como Lang los conexiona de manera extraordinaria, consiguiendo un explosivo choque de sensaciones y sentimientos encontrados. En especial brillan con luz propia un impulsivo Broderick Crawford como marido celoso y borracho y una deslumbrante Gloria Grahame como morbosa y seductora femme fatale. Glenn Ford aunque cumple no sobresale como en otras ocasiones, dando vida a un personaje de escaso carisma.

"Deseos Humanos", sin llegar a la magnificencia de su obra maestra "Los Sobornados", se erige como otra magistral lección de cine por parte del maestro Fritz Lang.
BartonKeyes
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5 de junio de 2016
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que en la OTRA se han puesto de acuerdo en emitir un ciclo de cine clásico que aborde los malos tratos. Sin embargo, si en "Un lugar solitario" (1950) se retrataba con cierto realismo tal penosa situación, en "Deseos humanos" es un elemento más de la trama. De hecho, Vicky (Gloria Grahame) no actúa para nada como una mujer maltratada pues pese a los golpes y amenazas no le tiene miedo a su marido, de lo contrario no se entiende ese final absolutamente temerario (SPOILER). En cualquier caso, nos encontramos con la adaptación de Fritz Lang de la novela de Zola, el escritor francés del siglo XIX, no el notable futbolista italiano de los años 90, "La Bestia Humana" (1890), llevada a la gran pantalla dos veces antes, en el 1920 y en 1938.

La película es siempre interesante pero tiene algunos detalles que le hacen chirriar, algunos de ellos muy bien señalados por el usuario Hughes20. Por ejemplo, el personaje de Vicky es un farol en sí. No se entiende que se haya casado con ese señor, viejo, feo y pobre, siendo como se supone que es. Tampoco la investigación policial pasará a los anales de la criminología. Sin embargo, lo que creo que le hace perder misterio a chorros es que durante los primeros quince minutos hemos visto por nuestros propios ojos aquello sobre lo que girará el resto del metraje. Esta circunstancia nos lleva a identificar cuando se dice la verdad y cuando no. En concreto, siempre se sabe de qué pie cojea Vicky, que al final acaba siendo una mujer fatal bastante predecible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Reaccionario
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15 de mayo de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carl Buckley, un jefe de tren asesina de un modo violento a uno de los amantes de su mujer, Vicky. Implicada en el crimen, ella no puede denunciarlo, pero seduce a un joven ferroviario llamado Jeff Warren y conspira con él para matar a su marido. El joven, un hombre honesto, se deja atrapar en las redes de la mujer.

Soberbia cinta de crimen y cine negro que se basa en una novela de Émile Zola. Pocas películas como está muestra tan explícitamente el determinismo social, tema muy recurrente en el cine negro. Fritz Lang realiza toda una obra maestra del género que no te debes perder.
Angel Lopez
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