Hara-kiri: Muerte de un samurai

No tenía grandes esperanzas con esta película... Pese a que me apasiona todo lo japonés, reconozco que no les tengo paciencia en cuanto a cine se refiere y mantenermos (el cine y yo) una relación amor-odio un tanto extraña.

Ciertamente es una película en tono nipón; lenta, que se deleita con cada detalle, con cada pliegue. Que te permite destilar los pensamientos del protagonista, el ambiente, la decadencia de una época entera llena de grandes historias y de grandes vergüenzas.

Me ha gustado mucho que en la mayoría de escenas no hubiera música, sino los sonidos típicos del Japón profundo, los cuervos, las chicharras, los roces del tatami. Los colores, las texturas... en resumen, todo lo que la hace lenta!

La historia en si ha chirriado un poco por dramón griego (o japonés) y le he restado un puntillo pero realmente me parece que era necesaria (*no puedo explicarme sin spoilers)

En resumen, es esta una película para ver sin prisas, sin esperar batallas épicas ni saltos de tres metros. Es la historia de un samurai que lucha contra lo que se supone que es. Una película dura pero que deja un regusto muy agradable después.

La película tiene una historia muy llamativa que finalmente no es aprovechada. Sinceramente tras ver otras cintas del director esperaba un poco más de acción, amor o algo más de sentimientos.
Sinceramente quedas algo decepcionado tras ver muchas escenas bastante tristes que se hacen repetitivas y consiguen que la cinta sea aburrida.
Prácticamente del film podemos salvar las interpretaciones que llegan a ser convincentes, los escenarios bien cuidados, alguna que otra escena con unos diálogos fabulosos y sobre todo la escena final que para mi fué lo mejor.
Lo mejor: La escena final.
Lo peor: Su excesiva lentitud.
Mejor escena: La venganza.
Otras cintas del director: 13 Asesinos.

Normalmente, las únicas películas que tienen el honor de ser rehechas (remeiqueadas) son películas de atractivo para el gran público, sobre todo porque, en origen, disfrutaron de éxito comercial o, más posteriormente, se convirtieron en títulos de culto. Hara Kiri: muerte de un samurai se encuadra más en el segundo tipo. Pero ojo, su original, Seppuku, no es la clásica película de culto. De hecho, no es tan adorada porque tampoco es tan conocida, pero los que hemos podido disfrutarla vemos en ella una de las mejores películas de la historia del cine, no solo japonés, sino mundial. Es de esos clásicos que, aunque hayan pasado cincuenta años de su estreno, siempre agradan, siempre enganchan, y nunca da pereza volver a verlos.

Por eso, y sólo por eso, la labor de Takashi Miike es muy meritoria, ya que hay que echarle un par para afrontar tal reto, superior en todos los aspectos a lo de volver a hacer un Spiderman o un Desafío total de turno. Miike es un director talentoso, y le da un toque especial a la película, cuyo argumento es prácticamente idéntico al original, salvo en la manera en la que los hechos narrados se presentan al espectador.

Es esto lo que menos me convence, ya que sacrifica algunas incógnitas agradables en favor de un mayor drama y un acercamiento a eso que tan poco me gusta del cine actual que es restregarnos los sentimientos de los personajes de manera excesiva. Soy de los que prefiere la sutilidad a la evidencia, pero en este caso lo puedo disculpar porque no sólo no es cuestión de hacer una película clavada a la primera, sino porque los tiempos y el público han cambiado, y la manera de hacer cine y expresarlo también.

Que nadie espere una sucesión de peleas espectaculares y sangre a borbotones, porque no las hay. Y no las hay porque no son necesarias. Se cuenta la historia y se hace a través de los personajes y las costumbres japonesas del siglo XVI, hasta en los más mínimos detalles, que los hay, y muchos.

Recomendable para conocer el actual cine japonés si no se ha visto la original, y recomendable como ejercicio de curiosidad si se ha visto aquélla. Por una vez, un remake no llena de mierda el nombre de la película original, sino que le hace bonito homenaje, aunque, una vez más, no le llega ni a la suela.

http://diarioenred.com/2012/08/hara-kiri-muerte-de-un-samurai/

Dejando de lado que no entiendo el motivo de hacer un remake.

Es un casi calco a la película original de 1962, lo que sencillamente la convierte en una gran película. Si eres de los que tienen tirria a las películas en blanco y negro, quizás el remake de "Seppuku" te la haga más digerible.

Tiene mi "chapeau".

Es de un atrevimiento loable tratar de emular a un gran clásico como lo es Harakiri de Masaki Kobayashi. No por atrevido resulta útil o necesario, ni mucho menos deleitable.

Surgen las dudas sobre si un remake merece dos críticas separadas: una como película, y otro remake. Pero dado que he visto antes el clásico, ahora me es imposible escribir sobre esta película sin poner en papel cebolla la original encima.

Las diferencias destacan, aunque sutiles, pero firmes, y hacen que pese a seguir el mismo argumento, con los mismos personajes e incluso el mismo escenario, el resultado sea notablemente menor.

El principal problema de la película es que se basa es una obra maestra de la narración, así como en una historia que echaba por tierra mitos y leyendas. Takashi Miike no se ve capaz de afrontar la sutileza y dibuja con trazo negro y bien grueso aspectos que en el original apenas precisaban de un boceto para ser contundentes. La imagen puede ser muy evocadora, pero Miike se esfuerza en que lo sean aun más, si cabe, señalando al espectador con un puntero telescópico a donde debemos dirigir los sentimientos y la mirada.

Por otro lado, el original de Masaki Kobayashi desprestigiaba la rectitud del bushido y se reía de ella, pero ahora nos encontramos con el sacrificio llevado hasta el final, enmendado la vergüenza y cobardía que en la película original quedaban como manchas en la bandera insignia de las leyendas japonesas.

En esta nueva versión se dulcifica el tono y se perdona, con escenas añadidas, a todos los culpables, dejando que limpien el supuesto honor donde la versión original dejaba la podredumbre de la decadencia.

El resumen claro es que la película es como un disculpa de la original.