Atrapa la bandera

Hombre, no digo que el cine de animación español tenga que hacer pelis de tema nacional, además ya se hizo una de El Cid, otra de los conquistadores de América (por la Disney) ni de flamenco, bandoleros o castellets, pero de ahí a gastarse varios millones de euros en fabricar una película más americana que las americanas hay un trecho, un trecho que provoca vergüenza, sobre todo si contamos el número de banderas que aparecen o esa adoración a la familia tan estadounidense. La factura, eso sí impecable,

Con un presupuesto mínimamente superior a Las aventuras de Tadeo Jones (12,5 milllones de euros), el film de Enrique Gato es un pequeño paso hacia adelante para la animación española. Pero la falta de riesgo, de inventiva y de imaginación hace que estemos ante una gran oportunidad perdida. El previsible libreto de Jordi Gasull es uno de los principales responsables de que Atrapa la bandera sea una decepción constante. El segundo largometraje de Gato «al que no se le puede poner pegas en el aspecto técnico, aunque se eche en falta una animación más limpia y depurada» se trata de una película de animación muy esporádicamente divertida y moderadamente entretenida, pero con una historia claramente orientada al mercado internacional, previsble y monótona en su desarrollo, en la que molesta una inspiración excesiva en otras producciones. ¿A caso no recuerda más de la cuenta la hermana pequeña del protagonista a Boo de Monstruos, S.A.? Más excusable es que la presidenta tenga un parecido razonable a Sigourney Weaver. El villano «con voz de Dani Rovira» es una prueba de la incapacidad creativa y la carencia de humor que caracteriza a un guión que quiere ir a muchos sitios pero que no llega a ninguno.

Atrapa la bandera es un film de animación que defiende ante todo los valores familiares, la familia unida y la reconciliación entre los miembros de la misma, además de ser una pasable aventura espacial que cae simpática al espectador y que no falla en taquilla. Todo se reduce a un superficial entretenimiento del que solo recuerdo un instante genuinamente inspirado como el falso mito de la implicación en el complot de la NASA de Stanley Kubrick.

Atrapa la bandera es un intento por hacer una producción más exportable (la película es española) llevando la acción a los Estados Unidos, concretamente a una familia de astronautas (abuelo e hijo) que tiene la oportunidad de volver al espacio debido a una inesperada nueva carrera espacial, en ésta ocasión contra el sector privado.

Nosotros seguiremos al hijo/nieto y sus amigos, un grupo de chavales que disfruta del surf y que tiene ciertas habilidades peculiares (amigo inventor, chica inteligente, chico valiente…). El protagonista está triste por la mala relación existente entre su padre y su abuelo, relación que quiere arreglar aprovechando que ambos pueden estar envueltos en el nuevo programa espacial.

La primera hora es una película de aventuras bien hecha, con concesiones por tratarse de animación para los pequeños pero con un buen ritmo y sin desbarrar demasiado. Lo malo viene una vez la aventura se traslada al espacio, contando con un tramo final (media horita) que cae en todos los clichés posibles echando por tierra el buen trabajo previo.

Y es una pena, porque en lo técnico es una buena película (lejos de las top pero bonita de ver), con buena música y una premisa que puede funcionar (y funciona durante una hora), pero ese afán por agradar hace que todo quede en un producto bastante normalito que disfrutará el público más joven y que se queda como una oportunidad perdida de hacer algo grande y que ponga a éste estudio en el mapa.

Agradable de ver pero totalmente prescindible.

¡Pero qué disgustado vengo del cine!
Pase que la cinta sea un poco ñoña; pase que los chistes sean cuatro, manidos y obsoletos; pase que el argumento sea simple, simple; pero lo que no paso es que -con lo difícil que es hacer una buena película de dibujos animados- el Sr. Gato falla en lo más fácil: los detalles. Una historia puede tratar sobre cómo llegar al cielo trepando por una planta de habichuelas o sobre como depilar a una araña para hacer un cepillo de dientes, pero sea la que sea, tiene que ser creíble, hilvanada y con una cierta lógica en sus acontecimientos. Es en este apartado donde entra el guión. Si en una escena, entre un plano y otro, el protagonista tiene un dedo de menos, pues toca explicarlo; sino, el espectador centrará su atención en la pregunta y se despistará de la trama. Hay genios de la dirección que son capaces de dar esa información de forma tan sutil que uno no se cuestiona nada, pero son tres, y entre ellos -por lo visto- no está el director de "Atrapa la bandera"
Para pasar el ratillo, vale, pero nada más.

Y no os equivoquéis, no por eso deja de ser una película bien hecha y con un alto valor técnico; sin embargo, a mí entender, el guión es muy predecible y en exceso infantil. Se echa de menos ese doble trasfondo que personas que no sean niños comprenden. Ese humor sutil e irónico que hoy en día se vislumbra en películas de animación que han alcanzado la nomenclatura de animación y no meras películas de dibujos animados. Hay escenas que ya se sabe qué va a pasar y cómo van a acabar, bien porque se han visto en otros largometrajes o simplemente se predicen.
Pero como ya he dicho más arriba es entretenida sabiendo a lo que se va al cine: a visualizar pequeños detalles realizados con detallismo puro y consiguiendo dotes de galones visuales que nada tienen que envidiar a las grandes producciones Pixar.