Patch Adams

Sí, no lo niego: quizá la película solo gira entorno a la figura de Williams, y eso nada más resta. Sin embargo, este film aúna lágrimas de tristeza y de felicidad. Además, la historia es maravillosa, y encima real. Muy bonita película. Entrañable.

Demasiado moralista. Una frase hecha tras otra. Fuerza demasiado las lágrimas. En fin. La buena nota va por dejar una linda enseñanza a los pequeños y la ilusión de que pueden cambiar el mundo si se lo proponen. Usted que ya tiene un criterio De-formado rehúse creer esto y sólo asienta con la cabeza en señal de aprobación.

Podría haber sido una película interesante, pero resulta ser un insulto al propio Pacht Adams, como ya el mismo expresó. La idea es totalmente equivocada, no trata de expresar las ideas originales y su desarrollo, sino que simplemente muestra como los médicos son una especie de nazis, y Patch Adams una especie de payaso. Busca la lagrima fácil y se carga todo atisbo de realidad o respeto por la profesión medica, o la gran labor de Patch Adams. Se salva la gran actuacion de Robin Williams.

Esta nota es injusta para una película de este calibre, pues aunque técnicamente no sea la mejor si que es capaz de conmover al mas pintado. Al igual que un solo de guitarra, no es bueno quedarse solo con la técnica sino con lo que produce en ti, y dudo mucho que haya una sola persona que no se haya conmovido viendo esta película, siempre y cuando no haya empezado a verla con prejuicios, ya que ver que tiene menos de un 7 en filmaffinity te crea expectativas que no son para nada productivas si lo que quieres es lo que debe hacer el cine, divertir y entretener.

Por eso pienso que, aunque juegue sobre seguro a la hora de utilizar a niños enfermos, esta película es muy buena, por la simple razón que no deja a nadie indiferente.

Recomiendo a todo el mundo que la vea, y eso lo consiguen muy pocas películas.

Sí, lo confieso, tengo y tendré siempre una debilidad con Robin Williams, no se porqué, si por sus ojos tristes, si por su sonrisa, si por esa tremenda facilidad para transmitir alegría y felicidad a cualquier persona, si por su buena mata de vello corporal... lo cierto es que este tío me cae bien, me cae muy bien. Que sí, que sí, que ya se que hizo Flubber, pero no por ello cambia mi simpatía hacia él. Quizá esta simpatía hizo que viera la película con otros ojos, que creo que es lo que me acaba de ocurrir con Patch Adams.
Dejando a un lado la postura médica que defiende este personaje y si es fiel o no a la historia verdadera, la cual desconozco por completo, la película sería muchísimo peor si no estuviera protagonizada por Robin, que con su carsima logra que pasemos por alto tantas y tantas cosas.
No es creible el eterno maniqueismo que se empeñan en poner en las películas hollywoodienses con ese director decano o lo que sea, que parece tener una tirria al bueno de Robin de tres pares de narices.
No me creo que a dos ancianos con más de pie y medio en la otra vida los despiertes a grito pelao tirando globos y no solo no les da un jamacuco si no que se ríen y recuerdan safaris, y disfrutan y todo muy bonito. Pues como que no lo veo.
Sigo sin pillar eso de los ocho dedos del paisano ese tan inteligente y tan filósofo.
Del discurso final con todos los pacientes apoyándole qué vamos a decir, si es la marca de la casa de Hollywood. En toda película con tintes dramáticos que se precie tiene que haber un discurso, por lo general es al final, por lo general el protagonista está en condiciones adversas, y por lo general acaba con toda la gente aplaudiéndolo (a poder ser levantada) mientras el problema se resuelve a su favor y mientras el malo se queda con el rabo entre las piernas. Y bueno, si ya en ese momento entra la chica y nos regalan un buen plano de sus miradas llenas de amor verdadero la película se corona.
Pero bueno, pese a todo esto y como ya dije al principio gracias a Robin, la película entretiene, por lo que la recomiendo a todos aquellos que busquen una película que simplemente entretenga, con la que puedas soltar alguna lagrimilla y algunas risas.
Lo mejor de la película sin ninguna duda es ver en el mismo plano a esos dos pedazo de actores, el gran Robin y el gran Hoffman. Cuánto os vamos a echar de menos. Cuánto te voy a echar de menos Robin.