El otro

The Other es una de esas rara avis que destacan por encima de otros films de género. Robert Mulligan dirige con pulso clásico una historia que busca generar tensión a partir de mecanismos innovadores. El film explora las costuras del género utilizando la niñez como territorio para el terror, algo poco habitual en esa época (en la línea que luego explorarían también films como La Profecía (1976) o Quien puede matar un niño (1976)).

El film también innova y arriesga en la utilización de una fotografía naturalista. Ubicar la trama en un entorno rural, idílico, luminoso, (cosa que la emparentaría con Midsommar (2019), huye del tópico de oscuridad y atmósferas góticas, tan habituales en el género.

La puesta en escena es un mecanismo de relojería, donde cada plano está medido para ir contraponiendo percepción infantil vs realidad. La interpretación de los gemelos protagonistas es espectacular a la hora de encarnar candidez y sugerir maldad en un desdoblamiento de identidades que al final, actúa como metáfora de la dualidad de la propia identidad y el miedo a nosotros mismos, el peor de los terrores.

Los elementos sobrenaturales, y el terror están inteligentemente dosificados. Quizás acostumbrados a la narrativa audiovisual del siglo XXI se puede objetar un ritmo excesivamente lento y sin golpes de efecto. Pero eso es lo que hace a The Other una película diferente de obligado visionado para entender gran parte del género de las siguientes décadas.

Qué lástima. El filme parte de un concepto digno de Stephen King (¿se imaginan lo que habría hecho él con la idea base?) y se infrautiliza por completo.

La historia resulta bucólica y ñoña, el terror no aparece por ningún lado, el crío portagonista resulta cargante y los apenas noventa minutos de duración de la película se hacen largos.

Una decepción.

Robert Mulligan es uno de esos primeros directores junto con Sidney Lumet o John Frankenheimer que dio el salto al cine a través de la televisión. Entre sus obras más destacadas destacan la oscarizada Matar a un ruiseñor de 1962, La noche de los Gigantes de 1969 o Verano del 42 de 1971. En toda su filmografía destacan su manera depurada y clásica de rodar, la creación de atmósferas cerradas, y el trasfondo psicológico que poseen todos sus personajes. La importancia de la infancia y la adolescencia es palpable en sus obras, usando este universo como motor de algunas de sus películas. Entre ellas, destaca por su complejidad y riesgo la cinta El Otro, estrenada en 1972.
El Otro es un filme de terror psicológico acorde con la moda de esos años, donde brillaban obras como como La semilla del diablo o El Exorcista. El terror que produce el filme no viene dado por efectos especiales o sustos repentinos, sino por su atmósfera densa y por el desasosiego que produce ir descubriendo la verdad a lo largo de la trama. La fotografía colorista y luminosa de Robert L. Surtees proporciona un ambiente bucólico aunque opresivo a la cinta. La música de Jerry Goldsmith es el complemento perfecto para mantener la tensión de cada fotograma. El guión, escrito por Tom Tryon y adaptado de su propia novela, es un alarde de habilidad técnica para mostrarnos poco a poco la realidad sin caer en las trampas habituales de este tipo de obras. El elenco de actores es estupendo, destacando los niños gemelos que también lo eran en la realidad. El argumento cuenta la historia de dos hermanos gemelos en la América rural de los años treinta en el seno de una familia donde la madre sufre una fuerte depresión, el padre falleció en un accidente y la abuela se hace cargo de ellos.
En definitiva, estamos ante una obra elaborada, donde cada pequeño detalle tiene importancia y que engancha desde el principio. La maldad en el universo de la infancia pocas veces ha sido retratada como lo hizo Mulligan en su película. Absolutamente recomendable para los amantes del cine de terror psicológico.

Esperaba más de esta película de Robert Mulligan, ya que la trama era interesante. Sin embargo, el discurso me pareció muy previsible y la parte final muy forzada.

Hay que valorar la puesta en escena que nos mete de lleno en el mundo diegético, al igual que las interpretaciones de los gemelos Udvarnoky, así como el trabajo psicológico de sus personajes.

El personaje de la abuela me parece mal diseñado, no me queda claro si tiene poderes extrasensoriales o qué, en un principio parece que es más especial y según avanza la narración se convierte en un ser ingenuo y mundano. Una extraña sensación de dejadez me provoca, como sin terminar.

En definitiva, una sobrevalorada película, cuyo libro en que se basa, seguramente sea muy superior, ya que en literatura la capacidad descriptiva es mucho mayor. No pasa de ser interesante.

Un nuevo caso de dos films de realizadores que parecen haber tenido exactamente la misma idea, y que son estrenados prácticamente al unísono.

- En 1972, “The Other”, la película de terror de Robert Mulligan (Verano del 42):

“A mediados de los años treinta, dos hermanos gemelos viven con su abuela en un pueblo. Son muy diferentes y se verán enfrentados por una terrible rivalidad. (FILMAFFINITY)”

- Y al año siguiente, Brian de Palma estrena “Hermanas Diabólicas” (Sisters):

“Dos hermanas gemelas, Danielle y Dominique, tienen caracteres muy opuestos: una es normal, pero la otra está tan perturbada que resulta altamente peligrosa. (FILMAFFINITY)”


Habiendo visto previamente Sisters, inevitablemente adiviné el secreto de The Other apenas comenzada la película (¡Porque es exactamente el mismo secreto!). La diferencia es que las gemelas adultas de De Palma fueron interpretadas por Margott “Luisa Lane” Kidder, mientras que los twins del film que nos compete estuvieron a cargo de los niños Chris y Martín Udvarnoky, que actúan casi tan mal como el chico Anakin de “La Amenaza Fantasma”. La cinematografía de la peli es interesante, pero se viene abajo en cuanto los protas abren la boca.

Y después, hay algo raro con el corte. Según wikipedia, Tom Tryon –que escribió el guión basado en su propia novela- dijo: “ "Oh, no, eso me rompió el corazón, estaba muy triste ... El film fue arruinado en el corte y el casting. Los chicos eran buenos, las otras partes, creo, fueron arrojados descuidadamente en algunos casos - no todos, pero en algunos casos y, sabe Dios, que fue cortada mal y dirigida defectuosamente. Tal vez fue el guión podrido, no lo sé. Pero yo creo que fue un buen guión ".

Salvo en lo de “los chicos eran buenos”, coincido con el autor. No puedo precisar que es, pero hay algo que no me gusta en la forma en que fue montada, por momentos parece acelerarse el ritmo de la narración, en otros se aletarga, en otras partes se vuelve confusa... tiene algo rarón.