Morning Glory

Después de mucho sufrimiento, de comedias intragables y de muchos fiascos por fin me he divertido en el cine. La película no es una obra maestra, pero por lo menos es sólida, ágil, divertida, con buen guión y grandes actores, casi nada.

La película nos cuenta la historia de una productora de matinales de televisión que es despedida el día que piensa que la van a ascender; a partir de ahí ficha por una cadena nacional donde intentan resurgir el programa matutino "Day Break". Desde luego no es una historia original, pero por lo menos esta muy bien contada. Me ha encantado el ritmo que tiene, no decae en ningún momento pero tampoco ocurren veinte cosas a la vez, es decir parece una comedia clásica de esas que hacía Hollywood en tiempos. Para el público que piense que los matinales no son así, que se vaya a Estados Unidos un tiempo y verá como es este curioso genero televisivo.

Los personajes no están estereotipados ni son extremos, es decir la antítesis de la factoría "Apatow". Comedia de buen gusto pero que hace gracia, personajes peculiares pero no "border line". Hace tiempo que no veía un casting tan bueno y no lo digo por los nombres, que pesan mucho pero al final poco ayudan. Rachel McAdams es la verdadera protagonista, se come la pantalla, excepcional su transformación desde el principio al final. Diane Keaton haciendo su papel y por fin recuperamos a Harrison Ford.

Si señores, Harrison Ford, que nos ha regalado algunas de las interpretaciones más bochornosas de los últimos años ha vuelto y de que manera. Su mejor película en al menos 15 años (tampoco es que sea muy difícil).

Por si no ha quedado claro, merece la pena pagar la entrada, y eso a día de hoy es un logro.

Todos los vinculados de algún modo o que vivimos del mundo de la comunicación o del periodismo, puede que veamos con especial cariño a "Morning Glory". Y si no, tenemos una comedia romántica bastante fina y de buen tono, algunos dicen que parece una película de las clásicas, tal vez un poco previsible pero que resulta muy agradable. En este sentido, la que se gana nuestros corazones y nuestras mentes es Becky Fuller, es decir Rachel McAdams en plan torbellino: radiante, guapa, simpática, buena niña, muy profesional y derrochando encanto por los cuatros costados. Ahora bien, además de adicta al trabajo, es de lo más inocente. Dice en un momento dado que hasta que no ve a un hombre con los pantalones bajados no se da cuenta que tiene un interés pasional hacia ella. Chica, en cuanto alguien hable contigo es que le gustas. Es más, ni hace falta: en cuanto te vean. El caso es que esto lo sabían las mujeres a lo largo toda la historia, menos las de esta generación, lo que explica el desconcierto y la baja autoestima de muchas féminas actuales, a las que se les ha despojado o mejor dicho, se las trata de despojar de su capacidad natural de seducción.

Volviendo al tema, "Morning Glory", además de con Rachel McAdams, cuenta con otros buenos personajes, en especial, con el gruñón Mike Pomeroy (Harrison Ford), que nos deja las secuencias más graciosas, como puede ser esa promo del matinal, maletín en mano. Pero no penséis que esto es cachondeo y risas. De hecho, quizás le hace falta algo más de humor. No, en realidad, "Morning Glory" plantea también con acierto el rol del periodismo actual. Por ejemplo, ¿qué debe primar?, ¿el espectáculo frívolo o la información crítica? Sí, lo segundo, pero ¿qué pasa con las audiencias? Es decir, un programa de mucha calidad es retirado de la parrilla ante una bazofia si ésta congrega a más personas al otro lado de las ondas. Al final, los medios de comunicación dependen de las audiencias, lo que determina su agenda y hasta su línea editorial. Una solución son los medios públicos, pero si al final tienen que competir con los privados, van a funcionar de la misma forma o ser marginados. A la postre, el lema del film es "sucumbid al sensacionalismo", lo que te deja una sensación de impotencia, la misma que ver a Becky exprimida, sin más salida al trabajo incesante... que seguir trabajando. Una pena.

Con un argumento no muy convincente ni brillante, Roger Michell consigue hacer que la hora y pico que dura la película se pase rápido y entretenidamente. Rachel McAdams ofrece uno de sus mejores trabajos desde "Mean Girls" (2004), Harrison Ford desempeña su papel brillantemente (su "antipático" carácter y sus bromas salvan la película de ser un sinsentido sin gracia) y Diane Keaton representa estupendamente el papel de antigua reina de belleza creída e insensible. De los demás personajes no tengo nada que destacar, excepto la efervescente actuación de Jeff Goldblum, y el divertido cameo de 50 Cent rapeando con Diane Keaton.

Me esperaba otra cosa totalmente distinta, para el reparto que tiene, decepciona bastante, me gusta que los actores cambien de roles y que no se encasillen pero creo que harrison Ford no está hecho para la comedia o al menos no muy bien dirigido en esta.
En definitiva le falta gracia, rapidez y algo más de sentimientos en una historia de amor.
Lo mejor: El hombre del tiempo.
Lo peor: Su ritmo.
Mejor escena: Las fritatas.
Film de interés de este director: Lo mejor que he visto de el es Al limite de la verdad.

Estamos ante la típica comedia de oficina, prefabricada y encorsetada en el género, con todos sus tópicos, con un transcurrir al uso y con un final no típico, tipiquísimo.
Bastante pobre y falta de fuelle, ya que enseguida lo pierde. El reparto es su mayor aliciente y su mayor reclamo. Ni mucho menos es una alarde interpretativo, ni quedará en nuestras conexiones neuronales ninguno de los papeles protagonistas, ni el de Ford, ni Keaton, ni Goldblum, ni Mc Adams..., pero son nombres que por sí solos y juntos, tienen tirón en la taquilla.
Al gran y bueno de Harrison le proporcionará un papel decente...lejos de su época dorada, pero decente, los cuales le son escasos últimamente tanto en número como en contenido y calidad. Para ello le pone al lado a una joven estrella del cine, la prometedora Rachel McAdams, y a una madura y experta de la comedia ácida, la gran Diane Keaton, que domina como pocas este género.
Muy pobre de contenido, guión previsible, escaso y lleno de clichés... Vamos, algo enlatado y típico producto de la factoría cinematográfica yankee que no quedará en la retina de nadie, pero que entretendrá y obtendrá algunos dólares en taquilla. Nada destacable, nada reseñable, pero sí que completa un producto de sobremesa facilona, adormecida y psuedo-placentera...
Un toque de atención al responsable de la selección musical, desafortunada como pocas, y otro al estilista del señor Ford, vaya peinado señores!!!
Por no aburrir simplemente decirles que se la pueden ahorrar y dedíquenle su tiempo a cosas más nobles y honestas, las cuales seguro les reportaran mayores placeres.