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Hara-kiri: Muerte de un samurai

Drama Deseando morir con dignidad, Hanshiro, un samurái sin recursos, solicita realizar el ritual de suicidio en la residencia del clan Li, cuyo director es Kageyu, un guerrero obstinado. Intentando que cambie de idea, Kageyu le cuenta la trágica historia de Motome, un joven ronin que llegó solicitando lo mismo. Remake en 3D de la película homónima de Masaki Kobayashi (1962), con Tatsuya Nakadai en el papel principal. (FILMAFFINITY)
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Críticas 41
Críticas ordenadas por utilidad
29 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Masaki Kobayashi es "con diferencia" el mejor director japones que ha habido y cuando me entere de que Takesi Mike haria el remake me alegro pensando que haria la misma pelicula, en color (un color y textura fantastica) y aplicando su don para las coreografias de lucha y sangre y el tio va y me jode el guión (que es como defecar sobre la biblia) y no conforme con ello me elimina todo el gore y sangre que esperaba ver.....que no espere mis aplausos por joder halgo que hizo muy bien durante parte de la pelicula para darme con un puto martillo en la boca con "su final" que para el sera mejor que el original (porque es suyo) pero lo unico que consigue con esta pelicula es dejar bien patente su inferioridad a la hora de tratar una gran historia de Shinobu Hashimoto y con una dirección que mantiene en todo momento la tensión en la historia y criticando a la vez a una sociedad de moral aparente y caduca.
Satiro
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16 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El espíritu de un samurái está regido por el estricto código del honor, y éste a su vez se sostiene en el valor necesario para conservarlo, porque sin honor no es nada.
Más allá de la vida o la muerte lo que tiene que prevalecer para un samurái es su honor intachable de guerrero...y nada más...

1.630, corre el período Edo en un Japón bajo el dominio del shogunato Tokugawa, donde las guerras han dejado huellas imborrables pero ahora se vive un tiempo de paz. Los valerosos samuráis que antaño servían a sus señores en la batalla se han encontrado sin señores a los que servir, pues el país está unificado y por suerte ya no hay conflictos que librar ni sangre que derramar, pero para ellos es una total desgracia. Sin oficio ni dinero muchos se han convertido en ronin, vagando sin un amo que les dirija y limitándose a existir conforme a lo que los giros del destino les aguarde.
En el castillo del clan Li, administrado por el daimyo Saito Kageyu, el ronin Chijiiwa llega para acabar con su vida de una manera digna, pidiendo que la ceremonia se celebre en el patio, pero hay un rumor que se ha extendido: otro guerrero en la misma situación solicitó a un señor su patio para cometer el suicidio ritual, y éste, benevolente, le instó para que se detuviera, ofreciéndole trabajo y refugio en su casa; a partir de ese momento, todos los ronin pobres han seguido esta táctica para lograr salir de la miseria. Kageyu sabe esto, y no piensa tolerarlo...pero más tarde llegará otro con las aparentemente mismas intenciones, decidido a dar un ejemplo a los Li sobre el verdadero significado del honor, y que jamás olvidarán.

Allá por 2.010 el todoterreno Takashi Miike le pegaba otro giro a su carrera y sorprendía de nuevo a sus fans encargándose del "remake" del clásico de Eiichi Kudo, "13 Asesinos", ganándose otra pila de adpetos y cerrando la boca a muchos de sus detractores. Tras un paréntesis en el que se dedicó a proyectos más acordes a lo que es su estilo y sus gustos, como "Ninja Kids" o la segunda parte de "Zebraman", que ya le vale, decidió echarle narices y ponerse tras la cámara para llevar a la gran pantalla, y en 3-D nada menos, una nueva versión de otro clásico de la cinematografía japonesa y mundial, el "Hara-kiri" de Masaki Kobayashi, una de las más legendarias obras maestras de la Historia del cine (y quien lo niegue que se lo haga mirar).
Un verdadero fan del cine clásico japonés se echa para atrás y se lleva las manos a la cabeza cuando se entera de que obras de intocables como Kobayashi, Ozu, Kurosawa o Mizoguchi pueden ser rehechas. Eso fue lo que yo pensé, sin embargo Miike ha demostrado ser a lo largo de los años un artesano de primera clase que con mano maestra ha abarcado todos los géneros posibles sin traicionar su estilo, sorprendiéndome con cada película suya que he visto (y ya son muchas), y aunque los más cerrados rechacen la propuesta del director de "Audition", yo tengo que decir que ha sido un muy grato descubrimiento.

Ni se os ocurra buscar al Miike pirado amante de violentas paranoias aquí, a ese que parió cosas como "Ichi, the Killer". Donde en "13 Asesinos" era todo acción aquí el buen hombre consigue ser fiel a los esquemas más clásicos del cine de samuráis y al espíritu de Kobayashi, aplicándole al mismo tiempo su personal estilo, donde mantiene el discurso tan demoledor y crítico de su predecesor y otorga un corazón y sentimiento propios a su trabajo, haciendo mucho hincapié en temas como la humanidad, la importancia de la vida y el amor por encima de la hipocresía de las apariencias y el falso honor que el ser humano menciona tan a la ligera.
El director nipón, tras hacer el "remake" de la de Kudo, ya apuntó muy inteligentemente "Sentí que cuando trabajábamos en "13 Asesinos" teníamos que hacer honor al director original", y creo que lo mantiene. Miike sabe respetar la esencia de Kobayashi sin soberbias, simplemente dándole otro enfoque como cineasta, y así fabricando una pieza magistral para su filmografía. Siendo la extensa duración una pega en otros trabajos suyos aquí no importa nada, puesto que "Hara-kiri" ("Ichimei" en su versión original...algo así como "vida" en japonés) es para dejarse sumergir en su pausada atmósfera y deleitarse con los ambientes cuidadosamente creados por el director, quien nos lleva a través de lentos movimientos a un período Edo tan preciosista como melancólico. Un drama de lo más profundo conduce la trama, construida a través de "flashbacks" y acumulando tensión en tanto en cuanto el épico y espectacular final se aproxima...

Ichikawa Ebizo no es Tatsuya Nakadai (los ojos de aquél son irremplazables), no obstante brinda una inmensa actuación como Hanshiro, acompañado de unos también memorables Hikari Mitsushima, Munetaka Aoki, Eita Nagayama y el veterano Koji Yakusho, que ya salió en "13 Asesinos", como el daimyo Kageyu, todos magníficamente dirigidos y arropados por la maravillosa banda sonora de Ryuichi Sakamoto y la cuidada fotografía de Nobuyasu Kita.
Sabemos que es un "remake" y no hay comparación con la obra de Kobayashi, pero como película de Takashi Miike...sin duda es una puñetera obra maestra.
Chris Jiménez
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4 de enero de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero decir que no he visto la cinta original por lo que en ningún momento puedo entrar a valorarla como remake. Como película decir que resulta notable y que aunque no decenas, si he visto alguna que otra película de samurais y se agradece esa contraposición al honor que siempre parece estar por encima de todo, incluyendo la humanidad. Podríamos decir que nos presenta el relato de un antisistema de la época, que se rebela en una casa rica y poderosa contra lo que él cree una injusticia.

La cinta te atrapa desde el primer momento, con un planteamiento cuanto menos interesante como es el de un samurai que acude a hacerse el hara-kiri ante lo que es advertido por el anfitrión de que son conscientes de que mucha gente que va a simularlo para obtener favores o ayuda económica y le cuenta el relato de lo que le pasó al último que lo hizo. Como es evidente desde el inicio, el que se acaba de presentar allí con el mismo propósito, tiene una directa relación con el anterior y un plan específico, el cual se irá descubriendo a medida que él cuenta su relato de cómo ha llegado allí y por qué.

Como digo, la cinta tiene un arranque sensacional y una parte final de conclusión idem (aunque lo que es la resolución de como acaba todo no me acabara de entusiasmar) y quizá su parte intermedia sea la más criticable alargando algunas escesivamente y con ello su metraje. En el cine americano tienen claro que si algo lo has contado rato antes no lo vas a volver a revivir o como mucho ponen un ligero flashback para espectadores desmemoriados, pero a los japoneses les gusta el recrearse y repetir las veces que haga falta escenas y conceptos y quizá hubiera agilizado su visionado en que el momento que ya estaban las cartas sobre la mesa se hubiera dado un pequeño salto temporal. Aún así son fallos menores en una cinta dura, incluso por momentos desgarradora en la que no podía faltar no solo el meter el dedo en la herida del dolor y el sufrimiento sino los típicos y agradecidos toques sangrientos de su director.

Nota: 7'2

En twitter: @er_calderilla
Turbolover1984
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11 de febrero de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que “13 asesinos” parecía el súmmum visual del cine de Takashi Mike, ahora nos sorprende con “Hara-Kiri” dando un paso más allá en lo que a control de la técnica cinematográfica se refiere. La historia es parecida a la que nos tiene acostumbrado el cine japonés clásico: venganza, honor, sobriedad y lirismo. Aquí no hay trampa ni cartón. No esperemos que nos cuenten nada nuevo porque no nos lo van a contar (de la misma manera que tampoco había nada nuevo en la historia de “13 asesinos”). ¿Dónde está entonces el valor de una película como esta? Pues sencillamente que hoy en día, con los mimbres de los que dispone el director, es difícil rodar una película mejor de lo que está rodada “Hara-Kiri”. La sobriedad estética potencia los momentos íntimos y la espectacularidad visual hace que los momentos de acción sean impecables. Puede que estemos ante el director en activo que mejor sepa combinar el intimismo con la espectacularidad y que todo funcione como una auténtica pieza de relojería. Porque con Takashi Mike (cuando se pone serio y evita esas infames adaptaciones de mangas) estamos ante discípulo aventajado de Kurosawa, alguien con una sensibilidad extrema pero con un dominio de las técnicas cinematográficas totalmente apabullante. Cada plano, cada luz, escoger el momento en que debe entrar la música (una banda sonora magnífica de del conocido Ryüichi Sakamoto), los colores, los actores, los movimientos de cámara: todo es simplemente perfecto. Y lo más sorprendente de todo es que es capaz de hacerlo con un remake rodado en 3D. “Hara-Kiri” es una lección de cine, sin más. Y si os gusta esta película ved esa obra maestra absolutamente desconcertante que es “13 asesinos”. Advertencia: no es una película para todos los públicos en tanto que es cine con otro ritmo y otra manera de contar las cosas, puede que a algunos les resulte aburrida. No digo que sea una buena película, digo que técnicamente es una pieza de orfebrería pero como somos de una cultura diferente, nos costará meternos en ella. No osaría recomendar esta película a nadie. Pero es una maravilla.
El Criticón
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12 de junio de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miike: director japonés. Miike: diverso. Miike: arriesgado. Miike: Hara-kiri.
A la fecha es la mejor película que he visto del prolífico directo japonés Takashi Miike. En otras palabras, es la que más me ha gustado. Vigorosa y poética, violenta sin aspavientos, tranquila sin adormilamientos, Hara-kiri es una experiencia brillante de arte y cultura japonesas.
El honor, la palabra mágica dentro de la tradición samurai, es aquí puesto en una situación trágica. El resultado es una tragedia del cine moderno que vale la pena seguir sin rechistar hasta el final.
Valetamayo
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