Descubriendo a Forrester

Existe el Gus Van Sant independiente, y aquel condescendiente y complaciente con el público.
Su dilogía sobre la enseñanza y las altas capacidades responden a este último grupo: "El indomable Will Hunting" y "Descubriendo a Forrester" son dos películas cortadas por el mismo patrón. Están llenas de clichés y estereotipos y resultan superfluas. De las dos, quizás la más floja es la que nos ocupa.
El drama social de la vida de un negro en el Bronx apenas trasluce; el drama personal y la misantropía de Forrester no se aclaran nunca; que un escritor, por un solo libro, sea venerado y situado en el Olimpo de los dioses y de los genios literarios es, cuanto menos, irresponsable, arriesgado y ridículo; es una película sobre la creación literaria pero apenas se aborda o parafrasea el mundo de las letras y la inspiración del escritor; por muchas altas capacidades que se tengan es difícil, si no se tiene una experiencia previa y un bagaje, poder tutear de tú a tú a un verdadero escritor (falta humildad en el pupilo); ante tal cantidad de vacío argumental, se rellena completamente el argumento con escenas de baloncesto y deportivas, cuya intención es aligerar la trama de manera intencionada; tampoco se aclara porque falla el protagonista los tiros en la final de baloncesto; y así hasta una larga lista de despropósitos y desvaríos argumentales que chirrían en exceso.
Interesante pero, inexplicable e inverosímil film.

Si tras la medianera viviera un escritor digno del Nobel, más de uno no lo creería ya que todos los seres trascendentales viven en mansiones y con guardaespaldas. Pero, qué pasa si "ese" vecino particular resulta ser todo un genio que no necesita de la aprobación de los demás para vivir según sus reglas? Es indudable que aquí el gran hallazgo del interés de esta película, reside en que la protagoniza Connery con su voz maravillosa y sus silencios elocuentes. Brown es un satélite que encuentra el disparador privilegiado para encauzar su talento. Es este Forrester que humano al fin, no puede sobrellevar el dolor ni la pérdida que lo marcan como para empantanarse y no avanzar en su propia vida. Tiene momentos en los que brillan los protagonistas, como así también Murray Abraham -aunque se excede en su persistencia de ser tan obtuso- con final inspirador que conmueve.

Una novela de formación, es decir una historia en que un joven interacciona con las instituciones que lo educan, sus profesores, sus compañeros, y obtiene un desarrollo que vale la pena contar y que en este caso tiene excelentes protagonistas: Forrester (Sean Connery) (un personaje extrauniversitario que nos hace pensar de inmediato en J.D.Salinger, autor de "El guardián entre el centeno" ("Catcher in the Rye"), por su extraño aislamiento, y en la "escritura automática" del surrealismo, o en Jorge Luis Borges, que decía que él no escribía sino "otro" Borges), Jamal Wallace (Rob Brown), el joven estudiante afroamericano fascinado por el básquet y la literatura, y el profesor Crawford (F. Murray Abraham), que se opone al genio del joven al estilo de Salieri en "Amadeus". Y vale la pena porque el tema es la literatura (la escritura) y los diálogos son muy buenos. El argumento se puede resumir así: Un escritor extravagante dispuesto a la amistad y la enseñanza, un joven genio que se forma no sin algunos escollos pero con la amistad también de una linda compañera (Anna Paquin), y el profesor que tiene mala voluntad y, probablemente, prejuicios. Sencillo esquema de un cuento de hadas de factura agradable.

Hay películas que no ocupan el sitio que merecen, sea cual sea el motivo. Tal vez por no ser tan conocidas como otras ni haber estado nominadas a galardones que cada vez están más podridos, pillan al espectador con la guardia bajada y logran darle una enorme y muy grata sorpresa. Es el caso de Descubriendo a Forrester, una película inspirada en el escritor J.D. Salinger.

Gus Van Sant venía de dirigir el remake de Psicosis con una pobre (siendo generosos) aceptación de crítica y público. Aquí se enfrentaba a un drama emotivo que nada tenía que ver con su anterior trabajo y que supondría, a la postre, la demostración por parte del director de que atesoraba muy buenas maneras en este género. Mike Rich consiguió escribir su primer guion para Hollywood y lo hizo a lo grande: con una historia humana y sencilla que consigue que los clichés se conviertan en situaciones creíbles y encajen dentro de una historia maravillosa de amistad, miedo, superación... y deporte, algo muy presente en los guiones de Rich. Van Sant hace un trabajo inconmensurable con ello, entendiendo que en la simplicidad del relato reside su fuerza siempre y cuando sepa aprovecharse la riqueza de los dos personajes principales. Aunque todavía no vemos al Van Sant que tan bien maneja el aspecto visual, sí nos encontramos, sin embargo, con su versión más incorrupta, algo que sirve para que el relato se desarrolle de forma pausada pero con una potencia bárbara, fruto de unos diálogos excelentes sobre literatura, opiniones y, sobre todo, formas de entender la vida. La banda sonora aparece con cuentagotas, aunque lo hace siempre en el momento oportuno, siendo una prolongación del continuo desarrollo de la película.

Rob Brown y Sean Connery se reparten el protagonismo. Otro acierto de Van Sant es no decidirse nunca por uno de los dos personajes dejando, así, que sus dos experiencias crezcan juntas sin que el espectador nunca se olvide de ninguno de ellos. Connery está a un nivel asombroso interpretando un papel rico en matices, algo que en gran parte de su carrera ha dejado un tanto de lado, algo de lo que tras su "retiro" confesó estar arrepentido. Rob Brown, con apenas 16 años de edad (sí, la misma que en la película), debuta en el cine con un trabajo realmente bueno que, por desgracia, no tuvo la continuidad que apuntaba. En segundo plano quedan los buenos trabajos de Anna Paquin y Busta Rhymes, destacando de este último que sea capaz de hacer papeles tan trabajados como el que nos ocupa y luego ridiculizarse en Halloween: Resurrection.

Resumiendo, que es gerundio: Descubriendo a Forrester es una pequeña maravilla que ha ido ganando con el tiempo y que tiene mucho que contar a un público que puede aprender mucho de ella... en todos los sentidos.

Una de esas películas tan simples como conmovedora, la historia de un ex escritor que intenta ayudar a un joven adolescente de color y sin que el chico sepa le da un texto que el mismo había escrito.
Bien lograda y conmovedora.
Para tener en tu repisa