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La bicicleta verde

Drama Wadjda tiene diez años y vive en una sociedad tan tradicional que ciertas cosas como ir en bicicleta le están totalmente prohibidas. A pesar de todo, es una niña divertida y emprendedora que bordea siempre el límite entre lo autorizado y lo prohibido. Wadjda desea tener una bicicleta para poder competir con su amigo Abdullah en una carrera, pero su madre no se lo permite porque las bicicletas son un peligro para la dignidad de una chica. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
15 de julio de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La demostración de que con poco se puede decir mucho. No es necesario recurrir a estridencias, efectismos ni exageraciones, basta con sencillez, inteligencia y sentido del humor.
Estamos en Arabia Saudí y la historia es simple: una niña utiliza todas sus armas con el fin de conseguir una bicicleta verde de la que se ha encaprichado y que, según todos le dicen, no puede comprar por ser mujer. Esto es lo esencial, luego tenemos el miedo de la madre de que su marido se case con otra, las vivencias de la niña en la escuela y con su amigo-enamorado en la calle.
La niña es una diablilla a punto de entrar en la adolescencia; es pícara, tramposa, muy inteligente y graciosa. Se salta sistemáticamente todas las normas que le imponen. A través de la actitud rebelde de ella, comprobamos el absurdo y la injusticia de la telaraña infinita de cosas que no pueden hacer las mujeres. Así la directora realiza una sátira, en apariencia leve, pero en realidad profunda, sobre el sinsentido y el espanto de las leyes o costumbres que ahogan a las mujeres, que las obligan a ser casi invisibles y que les prohíben todo (casi hasta respirar). La represión es especialmente cruda en su relación con los hombres; se casan casi siendo niñas (en algunos casos) y tienen que vivir escondidas y tapadas. Pero la película no es maniquea ni demagoga, por lo que nos muestran que el personaje más represor es una mujer: la directora del colegio; es hipócrita, castradora y persigue sin descanso cualquier atisbo de libertad o rebeldía.
A pesar del indudable tono crítico, la historia es alegre, simpática y luminosa. Consigue que algo tan ajeno y áspero (para mí) como es el recitado del Corán se convierta en un momento bello y emotivo; transforma un concurso religioso en una secuencia deslumbrante.
La clave está en la mirada limpia y desprejuiciada, en la falta de moralina, en que se deja fluir la historia, sin ahogarla, sin cargar las tintas, mostrando y observando. Se huye de demostraciones innecesarias, de perifollos y afeites y se queda con lo que importa.
Cuento de aspecto intranscendente, de tono naíf, que nos regala un gran personaje: esa niña mala y buena, egoísta y valiente, mentirosa y manipuladora..., tan rica y compleja a pesar de su edad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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13 de noviembre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película respira sencillez y autenticidad de la mano de esa niña. Ella nos enseña y, a la vez, nos oculta por desconocimiento propio de la edad el funcionamiento de esa sociedad. Sabemos lo que ella va sabiendo. Una manera de denuncia velada, que tal vez a alguna se le quede corta pero que a mí me parece lo contrario porque nosotros sabemos realmente más que esa niña y nos queda mucho más claro. No tenemos ya sus ojos limpios y eso nos hace emocionarnos también con sus logros pero, a la vez, tal vez nos deje una sensación de desencanto al saber que lo tendrá muy difícil. Te llega.
luis
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16 de diciembre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera vez que una mujer dirige una película en ese negro paraíso de la energía pegajosa y especulativa (léase Arabia Saudí). Esto ya hubiera sido la repera; incluso si la película hubiera tenido el nivel de, por ejemplo, “Aquí llega Condemor”; pero ¡hete aquí! que la ópera prima de Haifaa Al-Mansour (39 años), se parece más a los diamantes mejor pulidos del fantástico cine iraní, que al “calbote requemao” del señor Álvaro Sáenz de Heredia (sí, sobrino de aquel que llevaba a la pantalla alguna de las supuestas secreciones intelectuales de Franco).

La bicicleta verde tiene la categoría y sensibilidad de las pequeñas cosas, de las cosas que importan, de las que hablan de todo sin hablar de nada; de las que gritan con la boca cerrada por una sonrisa, de las que hacen que la inteligencia sea un huracanado aleteo de mariposa que barre siglos de tozudez e injusticia.
Wadjda, sin quererlo, sin saberlo, es la heroína, el aguijón que acabará horadando el muro de la estulticia machista y religiosa. Wadjda es la esperanza, es el Capitán Trueno de las mujeres árabes, la portavoz de la naturaleza y del sentido común.

Seda contra acero, poesía contra barbarie, caricia contra zarpazo...; son las armas de Haifaa, una joven que quiso aprender cine para ofrecérselo a un país sin salas de proyección y que, por más que intenten evitarlo, ya pertenece a la imborrable y positiva historia de una tierra que no acaba de salir del medievo, sumergida en la monarquía teocrática que aplauden muchos de nuestros líderes políticos, obnubilados sin duda por el embriagador perfume (más bien pestazo) de los barriles de crudo.

¡Bicicletas para todas las mujeres sauditas!
Sinhué
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3 de agosto de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica crónica de cómo las mujeres están literalmente asaltando todos los ámbitos de la humanidad moderna. A través de un elemento tan sencillo como el deseo particular de una niña, la narradora nos cuenta la revolución larvada que se da en Arabia Saudí, donde conviven al menos tres mentalidades femeninas: las que comulgan con el sistema sacando partido de él, escondiendo los comportamientos tan hipócritas como rentables que les permite su estatus asociado a la sumisión religiosa más extrema; las que no tienen fuerza suficiente como para romper todas las cadenas inculcadas en la infancia (pero quieren lo mejor para sus hijos); y las jovencitas que solo desean pedalear hacia un progreso emancipador, lejos de la pesadilla machista, retrógrada, culturalmente aburrida. En el fondo, es también una historia de reconciliación entre sexos, en la cual la bicicleta verde simboliza el salto generacional de carril, además porque sí, porque basta el concepto de humanidad como razón para auto-concederse toda legitimidad.

La cinta es una producción modesta en cuanto a medios; pero no tanto en cuanto a concepción: sigue la senda de esas realizaciones correctas, muy preocupadas por escoger muy bien la relación personaje-escenario con el fin de retratar cada porción justa de realidad, dejando para los momentos cruciales lo verdaderamente emotivo. Llama la atención la dirección de actores: en algunos momentos, da la impresión de que les permite tanto ser ellos mismos que se nota un poquito que actúan, como si se quisieran preservar todas las naturalidades de una primera toma (prisionera pues del miedo a escoger e incluso a promover las siguientes, que ya serían hechas con más conciencia por parte de los actores, con el riesgo de perder cierta frescura necesaria). Las dos secuencias que preceden al final constituyen pura magia: pocas veces podremos ver a través de planos tan íntimos una conversación entre mujeres que se pasan el testigo sin sonar a discurso, sin dejar de aparentar las edades que tienen y aportando los ladrillos finales a la construcción de la historia; casi nunca encontrarán que dos detalles lumínicos separen mundos enteros a tan poca distancia dentro de una imagen. Y ya el desenlace constituye, sencillamente, una celebración.
PSG
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22 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Huyendo de dramatismos, en un tono alegre y una puesta en escena sencilla, Wadjda nos muestra lo que significa ser mujer en un país islamista como Arabia Saudí. La protagonista de la historia, presta su nombre al título de la película. Wadjda, es una niña de 10 años, que vive en un suburbio de la capital del reino, Raid, junto a sus padres. A pesar de la represión a la que se ven sometidas las mujeres, y abusando de su condición de niña, Wadjda inconscientemente derriba barreras sociales y culturales, paseando por la calle sin taparse el pelo, escuchando música pop, utilizando zapatillas converse, y soñando con tener una bicicleta verde para poder echar carreras con su amigo Abdullah.

Haifaa Al-Mansour nos presenta la primera película rodada íntegramente en Arabia Saudí, un país donde el cine es tachado de inmoral, y está casi absolutamente prohibida su exhibición en público. Por todo ello, lo que más llama la atención del film, es como a pesar de haber sido acreditado por las autoridades del país, este se muestra crítico con la sociedad islamista. Es sorprendente ver como a través de la narración del día a día de una niña, la directora retrata desde un punto de vista femenino, algunas de las discriminaciones a las que se ven sometidas las mujeres.

Desde el inicio del film, Al-Mansour deja clara su intencionalidad de traspasar fronteras, de dirigirse a un público occidental, de mostrar su realidad a unos espectadores que la ignoran. Wadjda arranca con un símbolo occidental, las zapatillas converse de la protagonista, integrado en un contexto prácticamente desconocido para la mayoría de nosotros, la escuela islámica donde estudia. Así, desde el primer momento, empatizamos con la heroína. Además, la historia gira entorno al deseo de la protagonista por tener una bicicleta, y así poder echar carreras con su mejor amigo, algo tan simple y cotidiano en nuestras vidas, atenta contra la dignidad de la mujer en la sociedad de Arabia Saudí. La bicicleta, es un objeto prohibido para el género femenino, para las niñas, que temen perder así su preciada virginidad, pero también para las mujeres adultas, puesto que les dotaría de libertad, una libertad para moverse, para poder ir a donde quieran sin ser controladas por un hombre.

Dejándose empapar del estilo neorrealista italiano para captar la realidad social del país, colocando la cámara entre la gente de la calle, aproximándose al documental, Wadjda también nos recuerda a otras jóvenes que luchan contra una realidad que no aceptan, como es la niña de Buda explotó por vergüenza (Hana Makhmalbaf. 2007), o dentro del cine occidental Maty Ross en Valor de Ley (Henry Hathaway, 1969).

Así en la película vemos distintos ejemplos de esta sociedad conservadora y sexista. La temprana edad a la que se casan las niñas con hombres más mayores. Las vejaciones verbales a las que se ven sometidas. O la segregación sexual. Sin embargo, la cinta deja fluir la historia, sin cargarla de tintes moralistas o largos discursos finales, mostrando lo que pasa y dejando al espectador observar y juzgar por sí mismo, rehuyendo del tono combativo, apostando por la contemplación serena como herramienta de denuncia.


Wadjda es valiente, indisciplinada, testaruda, Wadjda es lo contrario a su madre. Relevante es su papel, puesto que a través de ella vemos las discriminaciones a las que se ven sometidas las mujeres adultas. La imposibilidad para conducir (es un chofer quien le tiene que llevar al trabajo). Los celos del marido, que le incapacitan para aceptar un trabajo en un hospital, por el mero hecho de trabajar al lado de muchos hombres. O su impotencia y desesperación por no poder darle un hijo varón a su esposo.

Pero la película no solo hace reflexionar sobre la actitud que mantienen los hombres hacia las mujeres en este país. La propia hipocresía de algunas mujeres en la sociedad islámica también se ve reflejada en la historia a través de varias escenas. En primer lugar tenemos a la directora del colegio, que intenta que las niñas lleven una vida recta acorde con lo comúnmente aceptado, y después descubrimos que un hombre entra a escondidas en su casa para verla. En segundo lugar, y de manera más tenue, vemos a la madre de Wadjda regañándola por cuchichear acerca de la relación de la directora con este hombre, y le dice que “le debería dar vergüenza”, pero a continuación, en la escena siguiente, vemos como ella cotillea por teléfono con otra mujer acerca de eso mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lauramm92
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