Gummo

Ni obra maestra ni tan intragable o incomprensible como parecen pensar algunos, "Gummo" es la historia de un pueblo de Ohio. Nos empieza contando el día en que llegó un tornado de efectos devastadores, pero a medida que avanza vemos que no es la historia de cómo éste afectó al pueblo, sino que el pueblo ya era así antes, y el tornado sólo es una parte más de su personalidad, de su carácter errático, turbulento y roto.

Conocemos a dos chicos que se dedican a pasear por el pueblo en sus bicis matando gatos con rifle, a dos chicas que se ponen cinta adhesiva en los pezones para hacerlos crecer, a un chico gay que se trasviste y cuida de su abuela catatónica, a una joven que tiene mentalidad de niña, a una puta un tanto peculiar, y a su chulo (que se dedica a mirar por encima de la puerta cuando tiene clientes). Vemos cachos de sus vidas aquí y allá, retazos, a veces con imagen 'real' y a veces como grabaciones de videocámara. No es una historia lineal, sólo pedazos de unas vidas en un pueblo particular. Claro que yo no sé si todos los pueblos pequeños de Ohio son así.

Dicho esto, se puede hacer algo pesada (es demasiado larga para mi gusto), pero tiene escenas que merecen la pena.

Como curiosidad diré que, visto el argumento de forma global, me quiere recordar a la forma de contar las cosas de "Cien años de soledad" (el libro), con las evidentes diferencias que hay entre García Márquez y Korine.

Al empezar a ver Gummo me pareció la típica película con la única intención de provocar al espectador, un gato muerto por aquí, unas tetas adolescentes por allá... pero a medida que iba avanzando la película me iba introduciendo en su mundo de escenas surrealistas, salvajes algunas (sin llegar a ser una película explícitamente salvaje en ningún momento).

Impagable el chaval joven haciendo pesas con unos cubiertos enganchados con tira adhesiva, desagradablemente interminable la chica depilándose las cejas.

Roy Orbison nunca sonó mejor que acompañando a los dos "protagonistas" mientras disparan al gato que han estado buscando las hermanas durante la parte final de la película.

Previo a realizar su ópera prima, Harmony Korine venía con anterioridad de co- escribir el guión del polémico film "Kids" (1995), dirigida y también escrita por Larry Clark, según varias fuentes en internet, sería su mentor y lo conoció en el Square Park de Washington, cuando Harmony, de apenas 19 años, montaba skate con sus amigos y Larry les tomaba fotografías; de ahí nacería la amistad. A los 23 años, debido al auge de la película, logró conseguir los medios económicos para realizar Gummo.
Este film, sin una linea narrativa clara y fuera de los estándares comunes, cuenta con un estilo casi documental, lo que lo hace más creíble, y por lo tanto deprimente, pero que, finalmente, es el objetivo. Todo lo contrario al representar " el sueño americano": crea una atmósfera sucia, abrumadora, en la mirada que nos presenta la realidad casi moribunda de los habitantes de un pueblo azotado por un huracán, alejado de la sociedad y por lo tanto denigrada . Y todo se va entendiendo cada vez que los fotogramas pasan y se aprecian a los personajes que van apareciendo.
La historia sigue, en cierto punto, a dos jóvenes (Tummler y Solomon) que divagan por las calles sin nada mejor que hacer; afirman la soledad y el sedentarismo en la que se encuentran, jóvenes dispuesto a hacer cualquier cosa (cazar gatos y vender la carne para poder ganar unos dólares, inhalar pegamento, hacer el amor con una mujer con un tipo de retraso mental), una vida echada a la suerte, en un pueblo decadente, no solo por el tornado, sino por el mismo estilo de vida que llevan: Adultos conflictivos, con personalidades grotescas, otros con malformaciones físicas o algún tipo de problema mental y otros hastiados simplemente de vivir, llenos de conflictos internos. Las dudas de qué significa estar en este planeta, encubriendo una profunda verdad, la existencia del ser humano y su búsqueda del interior.
Al representa la cotidianidad de un pueblo, de un tipo de sociedad, de seres humanos olvidados, se ven necesitados a diferentes tipos de experiencia en esa vida casi monótona que llevan, de la cual nos llevará a escenas y secuencias visualmente impactantes en la que, por ejemplo, el mismo Werner Herzog quedó maravillado y más adelante describiré.

Harmony Korine, mediante su propuesta, nos vuelve a recordar que el cine va más allá del clásico Hollywood: bellas mujeres, sexo, hombres con mucho poder y dinero, héroes americanos, el sueño de lo imposible. Todo lo contrario, nos propone la marginalidad, la crudeza de una parte del mundo, el cine como objeto de critica social y generar polémica, muy dura de mostrar, arriesgada e incluso, ganas de dejarla de ver.

Casi siempre cuando uno ve este tipo de experimentos (estrafalarios) y escarba para encontrar información lo primero que lees o escuchas es: "petulante", "autocomplaciente", "naif" y una larga lista de adjetivos de la misma índole. Pienso que lo que no asimilamos de buena manera, generalmente, tendemos a rechazarlo. Cierto que ver desfilar a personajes bizarros, incomodos para la vista, no es algo muy atractivo. Pero, ese es el objetivo: provocar (no importa si es asco o repulsión, no todo tiene que ser deleite).

Yo también me preguntaba, "pero de qué va esto" y no encontré respuestas. Si todo tuviera lógica o argumento, sería muy aburrido el mundo. Pensemos por un momento que estamos sumidos en un sueño (para algunos será pesadilla y querrán despertar más rápido que otros), de esos sueños que rayan en lo ridículo, pero que te mantienen en vilo.

Recuerdo que en una ocasión acudí a una extrañísima función de teatro de calle, supe un carajo de qué trataba, todo me pareció incoherente e ilógico. Aún así, se generó en mí una especie de gusto culposo que no me permitía apartar los ojos del amorfo espectáculo. Un profesor que me acompañaba dijo: "Me fascina mucho lo que no entiendo". Estoy seguro que si alguna vez llega a ver "Gummo", dirá exactamente lo mismo.

*Estética underground

La película arranca con la narración de la catástrofe provocada por un tornado en Xenia, un pequeño pueblo de Ohio (aunque la película se rodó en Nashville, Tennessee). La película se aleja de la narrativa convencional, y rompe el clásico esquema de inicio, nudo y desenlace. La cinta es un cúmulo de imágenes, grabaciones caseras y escenas de la vida cotidiana de los habitantes de Xenia después de haberse sucedido el tornado. Sus vidas parecen haberse quedado estancadas en una especie de trauma colectivo, pero desconocemos la magnitud del suceso en sus pequeñas vidas. La cuestión palpitante que recogen todas las historias de esta película es si el el suceso metereológico afectó a sus vidas o si el tornado es lo de menos.

Lo que sí parece ser muy relevante en Harmony Korine es la infancia y la adolescencia. Estas etapas de la vida son la razón de ser de sus historias. Siempre están presentes. Y lo estuvieron desde antes de dirigir este primer largometraje (ya trabajó como guionista en la película de Larry Clark Kids en 1994). Y es su objeto de estudio en Gummo, donde los adultos que aparecen en la historia funcionan como el resultado futuro de las jóvenes generaciones. La cinta sitúa a los adultos y a los chicos en el mismo círculo negro y errante.

Las grabaciones caseras, los colores saturados que nos sumergen en los noventa, nos conducen también a escenas sumamente reales, aunque parezcan lo contrario. Y su música sirve para unir la historia y descomponerla en vivencias casi diabólicas. En este tipo de cine underground llama la atención cómo la música elegida, a veces tan alejada en el tono, encaja de forma tan perfecta, transmitiendo todo el glamour apestoso que crean directores como Harmony Korine. Y así nos encontramos escuchando heavy metal, a Madonna cantando «Like a prayer», o el melancólico «Crying» de Roy Orbison en una de las escenas más potentes de la película. Y cómo olvidar el sureño y perturbador «My Little Rooster» de Almeda Riddle con el personaje Bunny Boy.

*Matando el tiempo

Al carecer de una estructura narrativa convencional (por lo que la película también puede ser calificada de experimental) Harmony Korine teje una red de personajes que conforman el guion de la película. Son muchos los que aparecen, cada cual más trastornado, disfuncional o perverso. Todos tienen algo de particular y algunos de ellos crean parcialmente el argumento de Gummo que se comporta como collage.

Los dos protagonistas son Solomon (Jacob Raynolds) y Tummler (Nick Sutton), dos chicos que se dedican a torturar y matar gatos y a drogarse aspirando pegamento. Están rodeados de variopintos personajes, delincuentes, abusadores sexuales, enajenados mentales y sociópatas. El comportamiento de todos ellos es social y moralmente censurable. Y sufren un desamparo muy arraigado, sin importar sus edades. Cuando van creciendo se mantienen en el mismo estado. Parece que no hay futuro en Xenia, Ohio.

La existencia de estos personajes se encuentra a la deriva. No hay sentido ni deseo. Viven en un entorno sucio, desordenado, vacío, pero lleno de porquería al mismo tiempo. Hay bichos en las paredes, jardines lleno de viejos trastos inútiles y barbies mutiladas en el baño como ¿decoración? Parece que el vacío existencial se quiera llenar con cosas rotas y con actos inhumanos. Y, a pesar de la desesperanza y la basura circundante, el narrador cuenta que vivir es lo mejor que hay, ya que la otra alternativa que existe es la muerte.

*Circunstancias de rodaje

Se debe ser cuidadoso con el tratamiento de los personajes, porque si bien hay algunos que son interpretados por actores, otros son personas reales que Korine utiliza para otorgar naturalidad y libertad a su obra. Por su propia esencia, la película se abastece de personajes peculiares y algunos también sufren alguna discapacidad mental, lo que ha llevado a diferentes controversias contra la película y su director. No obstante, Korine se ha defendido de las acusaciones (que incluso las había de explotación y de abuso) alegando que él no obligaba a nadie a hacer nada que no quisiera.

Del mismo modo, buena parte del equipo se sintió incómodo rodando en los lugares completamente reales de la película, negándose a trabajar en ciertas condiciones. Porque las casas y los espacios eran auténticos vertederos. Y más que incómoda resulta la obsesión con los gatos en esta película. Si te gustan los animales (y concretamente los felinos) y este tipo de género tendrás que decidir entre ver o no la película. Porque parece ser que las escenas de crueldad animal… sí, son reales.

*Conclusión

La película de Korine es una película de culto para todos aquellos que tengan un gusto cinéfilo sucio y degenerado que esperan encontrar el toque perturbador justo, pero sin ser extremadamente violenta o explícita (¡ojo!, porque hay escenas con animales muy desagradables). Gummo es una interesante aportación para el género, ópera prima de Harmony Korine, cuyo interés por la infancia y la adolescencia más desamparada y terrible se presenta como protagonista. Está llena de libertad y se nota la emoción del director por su creación.

Escrito por Belén Martín Arija