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El invisible Harvey

Comedia Elwood P. Dowd (James Stewart) es un hombre afable, cariñoso y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su único problema es que va a todas partes acompañado por un imaginario conejo gigante al que llama Harvey. La familia de Elwood no sabe qué hacer y opta por llevarlo a un psiquiátrico. (FILMAFFINITY)
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
13 de agosto de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película entrañable, divertida, original; pero es que, claro, el señor Stewart la hace especial. Una historia de lo más simple que en cambio, genera una humareda de sentimientos, ternura y felicidad, todo esto, engloba un serio problema que no es otro que el de enamorarse del fantasma Harvey.
Y probablemene exista un sólo culpable a tal contratiempo, lleva el nombre de James Stewart. Un papel nada sencillo en manos de uno de los grandes de nuestro cine. Su expresividad, dulzura y corriente manejo frente a la cámara, hacen del metraje, que no nos olvidemos de un encantador conejo que ni si quiera llegamos a codearnos con su presencia.

Bonita historia, muy estimable y digna para los amantes de un cine como el de antes.
GPAETOW
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13 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás, la explicación para que los más cuerdos a los demás les parezcan locos, puede encontrarse en el hecho de que, el más cuerdo, al ser más evolucionado y ver las cosas de otra manera, en ocasiones resulta extraño, diferente y “anormal”, puesto que la “normalidad” es actuar como Vicente: ir para donde va la gente. ¡Y hay de aquellos que consiguen ver cosas que la humanidad simple y llana ni siquiera ha imaginado! Hasta la misma psiquiatría los tratará de alucinados, esquizofrénicos, y más peyorativamente, locos de remate. Y claro, como usted no puede demostrar que ha visto lo que ha visto, imposible convencer a nadie porque, para la todavía corta ciencia, lo que no podemos ver todos, sencillamente no existe.

¡En que lío (que involucra a toda su familia y al personal médico y asistente de un hospital psiquiátrico), termina metido Elwood P. Dowd por el simple hecho de haber entablado amistad con un pooka llamado Harvey! Lo encontró, un día cualquiera, al pasar por un semáforo… y bueno, a Harvey le resultó simpático el buenazo de Elwood y ahora va con él a todos lados. Lamentablemente, el amigo de Harvey no parece tomar en cuenta que los demás no ven lo que él sí ve, y se dedica a hablarle en público a su amigo pooka, al tiempo que, haciendo uso de su habitual cortesía, lo presenta a todas las personas con las que comparte.

¿El resultado? Mejor que lo vean en esta divertidísima comedia con un James Stewart en una de sus más especiales actuaciones y con la memorable Josephine Hull (“Arsénico por compasión”) como su especial y confundida hermana, en una interpretación que la haría, por fin, merecedora del premio Oscar.

El propósito de “EL INVISIBLE HARVEY” es divertirnos y a fe que lo logra con esa bella locura de su personaje protagónico, pero también se propone (en un tema que hace parte de la obra “Harvey” con la que su autora Mary Chase pudo llevarse a casa el famoso premio Pulitzer), dejar bien sentado que, con marcada frecuencia, resultan con más pinta de locos los que presumen de cuerdos, que aquellos a los que la gente condena o estigmatiza por su singular comportamiento. Aprecien tan sólo la manera como Dowd va transformando la vida de los que le rodean. Psicología sin título, altamente estimada en otras dimensiones.

Grandes actores secundarios consolidan esta divertidísima comedia de enredos con la que, el director Henry Koster, se reafirma nuevamente como un talentoso director al que, de tanto en tanto, se le prendía la lucecita.

Título para Latinoamérica: “HARVEY”
Luis Guillermo Cardona
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8 de junio de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elwood P. Dowd (James Stewart) vive con su hermana Veta Louise (Josephine Hull) y la hija de ésta, Myrtle Mae (Victoria Home) en una acaudalado mansión en el centro de la ciudad. Conformarían una familia muy unida sinó fuese por los dolores de cabeza que les depara Elwood con su amigo Harvey, un enorme conejo invisible de dos metros y seis centímetros de altura que siempre le sigue a todas partes y del que se siente orgulloso de ser amigo. Con el fin de poder celebrar sus fiestas de sociedad sin caer en el ridículo por la intromisión de su hermano y Harvey, Veta Louise decide internar a Elwood en un psiquiátrico regentado por el eminente Doctor Chumley (Cecil Kellaway) y su ayudante, el joven e inexperto Doctor Samerson (Charles Drake). El ingreso de Elwood una cadena de situaciones tan confusas como divertidas, probablemente gracias a la influencia de su bondadosa personalidad o, tal vez, el peso que tiene su imaginario compañero.

Henry Koster (director de films históricos de la talla de “La Túnica Sagrada” (1953) y “Desirée” (1954) adaptó una pieza teatral de Mary Chase ganadora del Premio Pulitzer en 1945. Podríamos deducir a la primera que James Stewart interpreta a un loco de remate con corazón, pero el otorgarse una amistad ficticia abre la posibilidad de que su personaje sea un solitario y un alcohólico (sus frecuentes visitas al bar de Charley), pero el dato curioso es la información referente a Harvey; un “pooka”, espíritu surgido en el folclóre celta y que toma forma de animal de proporciones gigantescas (la respetable y sobrenatural “Donnie Darko” (2001) también lo dejaba entrever) y que lo relacionaríamos con un espíritu protector para los que los ven y burlón para los que le ignoran.
Natxo Borràs
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1 de agosto de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de mis películas entrañables, maravillosa en todos los aspectos, ese surrealismo mágico que nos transporta a la nobleza en su estado mas puro; el respeto por los otros, las buenas maneras. Nos hace reír también con su sencillez y profundidad. También el ver las enfermedades psiquiátricas como algo que afrontar, con valentía como parte de nuestra naturaleza humana. Magistral actuación de James Stewart en un papel consagratorio. Película poética que me ha llegado al alma.

Juan_Diego_GP


“¡Por amor de Dios!
¿No está lleno indignación?

-Oh, doctor…
Hace años mi madre solía decirme:

“En este mundo, Elwood, tienes que…”
Siempre me llamaba Elwood.

“En este mundo, Elwood,
tienes que ser o bien listo

o bien agradable.”

Durante años fui listo,
pero yo preferí ser agradable.”
Juan_Diego_GP
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8 de mayo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El invisible Harvey” (Harvey, 1950) es la adaptación de una exitosa obra de teatro de Broadway del año 1944 con la que la escritora Mary Chase ganó el Premio Pullitzer. Muy bien dirigida por Henry Koster, el realizador berlinés emigrado a Hollywood huyendo del antisemitismo nazi y que imprimió a la historia el ritmo narrativo cinematográfico necesario para convertir una obra de teatro en una película, un reto del que no siempre resulta fácil salir con éxito, narra la historia de Elwood P. Dowd, bebedor, bondadoso y con un amigo muy peculiar: un conejo invisible de dos metros de altura con el que va prácticamente a todos lados, presentándoselo a todo el mundo.

Una de las comedias fantásticas más divertidas de todos los tiempos. Es soberbia, es perfecta, es maravillosa, con un guión repleto de ocurrentes conversaciones. Una película con un gran poder de sugestión, algo muy difícil de alcanzar, sobre todo en una historia de estas características, es como si Koster jugase todo el rato con el espectador, ¿existe Harvey o realmente queremos que exista y nos contagiamos de la mágica locura de Elwood? ¿Quién está más loco, Elwood o aquellos que no ven más allá? ¿El director también se ha vuelto loco? Todas esas preguntas están sujetas a nuestra libre interpretación y he ahí el máximo acierto del film además de unas inspiradísimas interpretaciones.

Es imposible no sentirse fascinado por el personaje al que da vida un increíble James Stewart, Elwood tiene tintes “caprianos” y la esencia de su ser se resume en una línea de dialogo que él mismo recita al recordar a su madre dándole un consejo para vivir en este mundo, “o ser muy listo o ser bondadoso”, Elwood eligió ser bondadoso y ésa es la razón de su éxito; fantástico, sublime, absolutamente inspirado nuestro queridísimo y siempre añorado James Stewart. Fue premiada con el Oscar a la mejor interpretación femenina secundaria, y con total justicia, la coprotagonista, una excelente Josephine Hull, que interpreta a la hermana de Elwood, al principio irritante y luego completamente encantada con las atenciones y las bondades que conforman la estructura emocional de su extraño y peculiar hermano. Completa el reparto toda una serie de fantásticos actores como Peggy Dow (en el papel de encantadora enfermera con amores frustrados) o el divertidísimo Charles Drake.

Una maravillosa película que a cada nuevo visionado parece querer decir que existe un lugar en el que cordura y locura se dan la mano. Una de esas cintas para disfrutarla una y otra vez.
Juan Marey
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