Eden: Lost in Music

Edén se presenta como parte de un retrato generacional donde muchos jóvenes, atraídos por las distintas tendencias electrónicas que surgieron entre los 80' y 90' , saltaron a un vacío repleto de sensaciones y cuya forma de vida estaba reñida con las reglas establecidas. Aprendiendo a madurar con amores trasnochados y lidiando con drogas cuyo consumo continuado termina extraviando cualquier vida no resuelta.

Es un film honesto, bien realizado, donde sus personajes muestran sus matices y diferencias, pero sin excesivas complejidades. Se muestra la música, se muestra un estilo de vida, hay un componente como son las drogas que se asocia a dicho mundo nocturno y anárquico. Y hay una voluntad enérgica pero poco profunda, de contarnos algo que de por si es tremendamente oscuro y complejo, pero que a mi parecer se queda en la mera anécdota.

Confesando el a ver conocido aquellos años, de esa manera, al ver la peli, tuve la sensación de que me estaban contando un cuento de hadas, eludiendo aspectos más contundentes y realistas que para aquellos que desconocen el mundo de la noche, la electrónica, las drogas de diseño, Edén puede parecer dura y realista. Pero adolece de todo lo contrario.

Es un ejercicio lleno de buenas intenciones, que refleja un mundo poco abordado en el cine y lleno de interés. Caldo de cultivo para reflexionar sobre multitud de aspectos, muchas veces determinantes en la vida de aquellas personas que experimentaron con otra forma de vida y sus consecuencias, a veces, irreversibles.

Interesante, bien rodada, pero corta de miras.

A sus 37 años y con un bagaje de cinco largos, Hansen-Love es ya una de las directoras y guionistas más interesantes del panorama actual. A sabido, entre otras cosas, recibir y hacer evolucionar la herencia de la "nouvelle vague" al servicio de sus guiones, siempre hasta la fecha, relacionados con experiencias vitales propias o de su entorno más cercano.
Su cine rezuma pues esa mirada personal a la que parece no importarle mucho sus posibilidades comerciales y tomándose todo el tiempo que necesite o le apetezca para narrar con evidente maestría aquello que le interesa.
Y dicho esto, a cada espectador le puede llegar en menor o mayor medida su trabajo. Este que nos ocupa está por un lado acotado por la atmósfera musical de la música de Dj,s y su espídica evolución en los 90 que arrastró y devoró a sus hijos en una ola cambiante en la que era muy difícil saber adaptarse para no acabar engullido por ella. Co-guionizada con su hermano que fue uno de esos DJ,s, se nota el mimo con el que la directora trata a sus personajes a pesar de una frialdad formal que puede poner a prueba nuestra paciencia como espectador y más si pensamos que una vez más en su obra se excede de metraje y tiene momentos redundantes. Al final consigue emocionarnos y hacernos reflexionar más allá del leit motiv musical.
Reconozco que es el trabajo que menos me ha gustado de su brillante trayectoria.

Pues sí, quizás junto a la última y maravillosa 'Una bonita mañana', 'Eden' sea el mejor hallazgo de una directora que siempre tiene cosas que decir y siempre las narra a su manera, es decir, con un montaje frenético que captura momentos cualquiera en las vidas de sus protagonistas. En este caso, es el auge y caída de un dilléi de últimos de los 90 y principios del 2000 aferrado a un estilo de música, el house francés, que tenía sus horas (de baile) contadas. Y lo mejor es que la realizadora no juzga, no subraya, solo sigue los pasos de un chaval normal sobrepasado por su pasión. Viva ella.

Mia Hansen-Løve es una de las realizadoras más estimulantes en activo, en mi opinión. Su capacidad para acercarse a los personajes y crear una serie de vínculos entre ellos va en la mejor tradición del cine francés pero además, es capaz de gestionar todo el contenido visual para que no se quede como simple carcasa y que se adhiera al resto de elementos para construir un pack completo. Su "Eden" es modélica en el sentido en que la música se usa como excusa para narrar las peripecias vitales de un grupo de adolescentes que veremos convertirse en hombres sin alcanzar su sueño: triunfar en aquello que les gusta. Otros realizadores habrían optado por un retrato desesperanzado, gris y sin apenas vida, pero Hansen-Løve prefiere otro acercamiento más lírico, menos esquemático, consiguiendo despertar en el espectador una serie de emociones que van muy ligadas a la experiencia vital de éste. Es decir, en base a cómo seamos capaces de vernos reflejados su película funcionará mejor o peor, no excluyendo a nadie del visionado ni haciéndole partícipe de una experiencia unilateral.

Es quizá por este motivo que su "Eden" no me lleva al paraíso y me deja rozándolo con las puntas de los dedos. Su película me interesa, el retrato que hace me parece muy notable y puedo ponerle pocas pegas a nivel general, pero no es 'mi mundo'. Si la trayectoria de su protagonista es universal (¿quién no ha peleado por algo durante mucho tiempo con la confianza de lograrlo finalmente?) su contexto me es desconocido y por tanto no me consigue trasladar al otro lado de la pantalla con la fuerza que lo hacían algunas de las películas anteriores de la realizadora, como las notables "Todo está perdonado" o "Un amor de juventud", superiores a ésta en mi opinión. Para los que hayan vivido la época que refleja el film (el auge del garage, la música electrónica y nacimiento en paralelo de grupos como Daft Punk) puede que esta aventura vital del eterno Peter Pan les llegue con más fuerza que a un servidor; que no obstante, es imposible negarle sus méritos y conferirle como poco el beneficio de la duda. Una buena película, en definitiva, que me llega menos de lo que me gustaría pero que recomendaría sin dudarlo demasiado.

La película no engancha. Falta el ritmo frénetico que podría llevar un DJ. Se ven pinceladas de fiestas, pinceladas de escenas esnifando, una novia tras otra, deudas y...me fui del cine, demasiado larga. Parece el día de la marmota, lo que le pasa en un mes se repite eternamente